Dijkstra traslada al vídeo sus retratos de las dudas adolescentes

El Museo Guggenheim Bilbao expone desde hoy una videoinstalación de Rineke Dijkstra, conocida por sus retratos en los que refleja la vulnerabilidad y las dudas de los adolescentes, que ahora ha trasladado al formato de vídeo con cinco chicos bailando en planos cortos.

La obra se compone de cuatro proyecciones en las que cinco adolescentes bailan ante la cámara, con un sencillo fondo blanco y al son de la música que han seleccionado. Se titula "The Krazyhouse (Megan, Simon, Nicky, Philip, Dee), Liverpool, UK".

Dijkstra (Sittard, Países Bajos, 1959), conoció a los jóvenes en una emblemática discoteca de Liverpool llamada The Krazyhouse y los grabó en un pequeño estudio improvisado en el propio recinto.

Los planos en tres cuartos de estos adolescentes se alternan con primeros planos de sus rostros de tal manera que observa con detalle su expresión. Los cinco protagonistas contrastan por las músicas que han elegido -pop, heavy metal o tecno-, y también por su apariencia y su manera de moverse frente a la cámara.

Dijkstra les deja libertad para expresarse y moverse al ritmo de la música, de manera que cada adolescente muestra su personalidad, su subjetividad.

Así, se aprecia la reacción de cada uno según su carácter en formación: desde el que trata de compensar la violencia del primer plano con agresividad, con un baile brusco, pasando por la que se sonroja y no fija la mirada, hasta la que baila con naturalidad, fluidez y una enorme sonrisa, "aguantando" el plano.

La artista ha explicado hoy en Bilbao su decisión de trabajar con adolescentes, una constante desde que empezó en los años ochenta. Sus primeras fotografías fueron de gente en la playa: "Al principio me interesaban todos los grupos de edad, pero vi que los niños no tienen vergüenza, se aceptan a sí mismos tal y como son, y los adultos igual".

En cambio, "los adolescentes son muy conscientes de sí mismos, están en una fase de responder ante los demás, de transición, cuando descubres quién eres, una fase en la que no se da todo por hecho, en la que hay un intento de encontrar su propia identidad; suena profundo, pero en esas edades está todo muy abierto y me interesa mucho porque busco la autenticidad de las personas".

En esta búsqueda, Dijkstra ha puesto a danzar a cinco adolescentes, sin más aditamentos, porque "al bailar te olvidas de ti mismo. Siempre intento fotografiar a las personas cuando se están mostrando realmente, intento buscar que se olviden de que hay una cámara delante, para que sean diferentes a las fotografías que salen en los medios de comunicación".

También hizo un "casting" para seleccionar a los adolescentes, porque para la artista es muy importante que haya una "conexión" con las personas con las que trabaja. "Me tienen que gustar, y espero que yo a ellas, para que se desarrolle una especie de amistad", ha dicho.

Esta videoinstalación fue estrenada en la Tate Liverpool en 2010, y posteriormente se ha expuesto en París, Nueva York, Fránkfurt, San Francisco y Washington.

Es la tercera muestra que acoge la sala "Film & Vídeo" de la planta baja del Guggeheim bilbaíno, dedicada al videoarte, y estará abierta hasta el 1 de marzo.

Dijkstra traslada al vídeo sus retratos de las dudas adolescentes

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