11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
La exposición “Monografías. Manuel Colmeiro (1901-1999) que se puede ver desde ayer en Belas Artes la habitan mujeres del campo que al pintor ourensano tanto le gustaba plasmar. Están sembrando o recogiendo y su puesta en escena contrasta con el drama social de la guerra o la estampa de una madre.
El universo de Colmeiro se despliega en el museo a partir de tres bocetos. Los que ideó para un mural en los años 30. Estos dan la clave de por dónde se movió el pincel que significa para muchos lo que Rosalía fue para las letras. Además de confirmar su predilección por el gran formato, la muestra deja ver sus inquietudes.
Desde el punto de vista formal, el curioso podrá apreciar el expresionismo, el primitivismo y la monumentalidad inscritos en lo que se dio en llamar “la estética del granito” y que representa la ruptura de Colmeiro con el regionalismo academicista que imperaba en el primer tercio del siglo XX.
Junto a los temas que le pusieron apellidos a su obra, están los desconocidos como una serie de dibujos de la Guerra Civil, donde el autor retrata el trauma y la violencia que generó el conflicto. En ellos se respira represión. Sin embargo, el pintor logra sacarse las cadenas que lo atan al desastre una vez toca Argentina como exiliado y pasa una temporada en París. Con su periplo por el mundo, Colmeiro evoluciona. Deja que el paisaje entre en su imaginario y con él, el bodegón y la figura femenina. Del conjunto expositivo, el visitante comprobará que el gallego vuelve a sus orígenes, en el amplio sentido de la palabra, y que, en definitiva, toda su obra fue una especie de reflexión sobre los valores de la figuración.
valores
Colmeiro concluyó sobre el lienzo que lo simple puede llegar a representar estados y sensaciones que no pasan de moda. Que son atemporales y que, en su caso, se relacionaron con la esencia del mundo campesino del que se sentía parte.
La exposición que inauguraba el conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, se compone de un apartado inédito donde se pueden ver composiciones sobre el capítulo bélico de 1936, en los que se aprecia el horror junto a proyectos que el creador realizó para murales y varias obras cedidas por particulares que nunca se expusieron al público hasta hoy. “Monografías. Manuel Colmeiro (1901-1999)” sirve para contextualizar la colección permanente del centro de Zalaeta y su sección destinada a la pintura gallega de la primera mitad del siglo XX, sobre todo, al momento renovador, del que Colmeiro fue líder. De esta forma, las piezas que se pueden disfrutar hasta el 26 de octubre en Belas Artes enlazan con las que dormitan todo el año en el museo y que están firmadas por Seoane, Laxeiro o Arturo Souto.
