Trapero tacha de “barbaridad” el procés y dice nunca conoció el proyecto independentista

Trapero tacha de “barbaridad” el procés y dice nunca conoció el proyecto independentista
El mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero, EFE/Fernando Villar POOL

El mayor Josep Lluis Trapero defendió la actuación de los Mossos, ya que cumplieron las resoluciones judiciales para evitar el 1-O, y se desmarcó del Govern de Carles Puigdemont, por la “incomodidad” ante su hoja de ruta unilateral, que considera una “barbaridad”.

En la Audiencia Nacional se inició ayer el juicio contra Trapero, el exdirector de los Mossos Pere Soler y el ex secretario general de Interior Cesar Puig, para quienes la Fiscalía pide 11 años de cárcel por rebelión, así como contra la intendente Teresa Laplana, que afronta una petición de cuatro años de prisión por sedición.

Nada más iniciarse el juicio, el fiscal Miguel Ángel Carballo dejó la puerta abierta a rebajar “en el momento oportuno” la acusación por rebelión, después de que el Supremo condenó por sedición a la cúpula del procés.

 

Incomodidad

Con la acusación por rebelión aún vigente, Trapero, en la línea de su testifical en el Supremo, se desmarcó de Puigdemont –dijo que no mantenía con él una relación ni “estrecha, ni buena ni mala”– y resaltó su “incomodidad” con la estrategia del Govern de mantener el referéndum, aunque alegó que siempre dejó claro que cumplirían las órdenes judiciales y que lo hicieron.

Es más, Trapero calificó las resoluciones de ruptura que el Parlament aprobó en el marco de la estrategia unilateral independentista como “una barbaridad más de las que se estaban haciendo” en el procés.

 

Reunión con el Govern

Insistió en que en la reunión que mantuvieron con Puigdemont y varios consellers el 28 de septiembre advirtieron al Govern de que “no se equivocaran”, de que la policía catalana no iba a “secundar ninguna ruptura de la legalidad ni de la Constitución” y expresaron su “preocupación” por los daños a la imagen del cuerpo.

“Y él nos dice que más importante que la imagen de los Mossos era la imagen del Govern”, ha añadido Trapero, que subrayó que en esa reunión también se reprochó al Puigdemont las “exposiciones públicas” de algunos consellers sobre el papel del cuerpo.

Ante la insistencia del fiscal Miguel Ángel Carballo, Trapero negó que su ascenso al rango de mayor fuera impulsado por Puigdemont en el marco de sus planes sobre la independencia, ya que el entonces presidente “no tuvo nada que ver” en ello.

 

Un solo sondeo

Según Trapero, desde el Govern tan solo le sondearon en una ocasión, en septiembre de 2016, para saber cómo actuarían los Mossos ante un eventual referéndum unilateral.

Fue el entonces secretario del ejecutivo de Puigdemont, Joan Vidal de Ciurana, quien le convocó al Palau de la Generalitat en septiembre de 2016, más de un año antes del referéndum del 1-O, para preguntarle dónde estarían los Mossos si se generaba una “doble legalidad”.

“La doble legalidad no existe”, respondió Trapero, que también dejó claro al secretario del Govern de Puigdemont que los Mossos harían “siempre” lo que dijeran los jueces y que lo cumplieron.

En su interrogatorio, Trapero ha calificado de “ofensivo” que el coordinador del dispositivo policial del 1-O, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, afirmara que sus advertencias de los riesgos de una intervención policial para impedir el referéndum fueran una excusa para que se pudiera celebrar.

“Yo me puedo equivocar, pero no necesito excusas” replicó Trapero, que no escondió sus diferencias con De los Cobos, hasta el punto que fue lo que motivó que se apartara del gabinete de coordinación y que delegara en su entonces número 2, Ferran Lopez.

En su interrogatorio, de casi seis horas, el fiscal inquirióa Trapero por los motivos por los que permitieron la ocupación de numerosas de las escuelas que iban a acoger las urnas del referéndum durante todo ese fin de semana.

“No entendimos que eran actividades preparatorias del referéndum”, contestó el mayor, que argumentó que los Mossos entendieron que la orden judicial de precintar las escuelas no “facultaba” a la policía catalana a desalojar los centros antes del día 1 y se escudó en lo “difícil” que resultaba “distinguir” entre las actividades educativas y lúdicas y las relacionadas con el 1-O.

El mayor quiso dejar claro que ya desde un año antes del referéndum ilegal los dirigentes de la Generalitat “no confiaban” en él para llevar adelante el proceso independentista. “Tenían desconfianza, no, lo siguiente”, dijo.

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