Rubalcaba anuncia que deja la política y volverá a dar clases en la Universidad

Alfredo Pérez Rubalcaba –40 años con carné socialista, 21 años diputado, 17 en la Ejecutiva del PSOE, once años ministro, dos años secretario general de su partido– anunció ayer que deja su escaño en el Congreso para volver a dar clase en la Universidad Complutense.
Ayer hizo un mes que anunció que dejaría la Secretaría General del PSOE. Treinta días en los que Rubalcaba ha prestado su último servicio al Estado, dirigir el apoyo del principal partido de la oposición en el proceso de sucesión a la Corona.
“El mayor honor que puede tener un político es ser diputado, no hay otro más importante, no hay otro puesto más relevante, gratificante y por tanto han sido 21 años de un gran honor para mí, a los que pongo fin ahora”.
Seguirá asistiendo a los plenos extraordinarios que se convoquen durante el verano como seguirá también al frente de la Secretaría General del PSOE hasta que se elija a su sustituto, en el congreso del 26 y 27 del mes que viene.
Muy sonriente, relajado y amable, Rubalcaba se dirigió a los periodistas a quienes dijo que muchos llevan muchos años con él. “Y lo único que deseo es que me echéis tanto de menos como yo os echaré de menos a vosotros. ¡Suerte!”, exclamó.
Con estas palabras, anunció su adiós el todavía líder socialista, una figura que ha sido reconocida no solo por los socialistas sino por los dirigentes del PP como uno de los políticos más relevantes del país.
De todos sus años en la primera línea de la política, los dos últimos han sido probablemente los más duros.

carlos mulas, sustituto
Ironías del destino, su escaño en el Congreso podría ser ocupado por Carlos Mulas, expulsado del partido y destituido al frente de la Fundación Ideas en enero del año pasado, cuando trascendió que su mujer había cobrado unos 50.000 euros de este organismo firmando bajo el nombre falso de Amy Martin.
Un químico como Rubalcaba no ha encontrado la fórmula para que el PSOE recuperara votantes, a los que desde el PP les ha llegado un aluvión de mensajes de que su líder representaba el pasado y las políticas que condujeron a España a la crisis económica.
Ha luchado contra ello más que como el velocista que fue en su etapa universitaria, como un corredor de fondo que estaba convencido de poder lograr la meta. No lo ha conseguido y deja a su partido en un mar de dudas ante un futuro incierto mientras trata de encontrar la fórmula para reconquistar a los desencantados.
Rubalcaba, un ex por excelencia (exvicepresidente del Gobierno, exministro de Educación y de Interior o exportavoz del Ejecutivo y del grupo socialista, entre otros muchos cargos) va a sumar ahora el puesto de ex secretario general y, después del verano, el de exdiputado.
Aun así, se hace difícil pensar en un Rubalcaba alejado de la vida política.
Meses antes de las elecciones generales de 2008 aseguraba que estaba ya en los últimos coletazos de esa vida. Nadie le creyó y, al poco, disputaba la Presidencia del Gobierno.
Dejará el Congreso, su casa durante tantos años para volver, después del verano, a la Universidad. Es profesor titular de Química Orgánica en la Complutense de Madrid.