Rajoy pedirá un mensaje europeo inequívoco que ligue austeridad y crecimiento

Rajoy pedirá un mensaje europeo inequívoco que ligue austeridad y crecimiento
Rajoy pronuncia un discurso en el Foro Económico Mundial celebrado en México EFE/José Méndez

 

Rajoy viajará mañana a Bruselas para participar en esa cumbre y para asistir previamente a la reunión que mantendrán los líderes del Partido Popular Europeo, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel.

Además del Consejo Europeo, los jefes de Estado y de Gobierno de los países que comparten el euro mantendrán otra cumbre específica, en la que también estará presente Rajoy.

En todas esas citas, según han informado a Efe fuentes del Gobierno, el jefe del Ejecutivo recalcará la necesidad de seguir dando los pasos necesarios para que se cumplan los compromisos a los que ha ido llegando la UE en los últimos meses.

Pero al mismo tiempo hará hincapié en que hay que poner en la misma balanza la necesidad de avanzar en la consolidación fiscal y las políticas de crecimiento.

Una posición que va en la línea expuesta por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la carta que envió la pasada semana a los líderes de la UE y en la que les instó a abrir nuevas fuentes de crecimiento y empleo además de mantener la consolidación fiscal.

Este asunto estará presente igualmente en la cumbre social que protagonizarán horas antes del Consejo Europeo tanto Van Rompuy, como el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y los representantes de las organizaciones empresariales y sindicales europeas.

Además, la reivindicación de las políticas de crecimiento y de nuevas medidas para frenar el desempleo juvenil será el argumento central de la manifestación convocada en los alrededores de la sede en la que se reunirán los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.

Las fuentes del Gobierno español aseguran que la compatibilidad de la austeridad y las medidas para el crecimiento ha calado ya en las instituciones comunitarias y hay conciencia de que no tenerlo en cuenta sería "suicida".

Pero el Ejecutivo desea que quede bien claro ese doble compromiso y que sea percibido sin dudas por parte de los ciudadanos europeos, y cree que un buen momento para hacerlo es el Consejo Europeo de mañana, que se afronta sin el "dramatismo" de sus últimas reuniones.

La última vez que los líderes europeos se vieron las caras en Bruselas fue el pasado mes de febrero, cuando después de toda una noche de negociación, lograron pactar el presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020.

Un presupuesto que está aún pendiente de votación por parte del Parlamento Europeo, que ya ha amenazado con vetarlo por considerarlo insuficiente.

La agenda del Consejo y la de los países de la eurozona no incluye el debate sobre la posibilidad de flexibilizar los plazos para el cumplimento de los objetivos de déficit, pero esta es una cuestión que podría abordarse en las conversaciones informales de los lideres de la UE.

Esa es una cuestión que se abordará por parte de la Comisión Europea en abril.

A la espera de ello, el Gobierno considera que la Comisión tendrá que hacer "un ejercicio de realismo" al comprobar que las circunstancias económicas han cambiado respecto al momento en que se fijaron las previsiones iniciales.

Las fuentes del Gobierno se remiten a las palabras del secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, en su comparecencia la semana pasada ante al comisión mixta para la UE, para analizar las perspectivas de la cumbre de mañana.

"Tiene que ser un recordatorio de aquello que nos hemos comprometido a hacer, un compromiso para llevarlo a cabo y, también, un impulso a aquellas propuestas que tenemos que realizar en el futuro", señaló Méndez de Vigo.

Y añadió: "En este Consejo Europeo se pretende dar un nuevo impulso con el objetivo de que el crecimiento y la creación de empleo en Europa pasen de las musas al teatro y veamos soluciones a los acuciantes problemas que tienen en estos momentos la Unión Europea".

Las orientaciones generales que pacten en Bruselas los líderes europeos deberán de servir de guía a los socios comunitarios para la redacción de sus programas nacionales de reforma, así como los programas de estabilidad o los de convergencia, dependiendo de que el Estado miembro esté o no en la zona euro.

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