Puigdemont ultima una declaración en la que vuelve a pedir un arbitraje

Puigdemont ultima una declaración en la que vuelve a pedir un arbitraje
Puigdemont sale de su despacho | quique garcía (efe)

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ultima una declaración sobre la independencia de Cataluña este martes en el Parlament tras los resultados del 1-O, mientras hay múltiples contactos durante las últimas horas entre los soberanistas sobre cómo articular el camino a una república.
Puigdemont prevé que su discurso, convocado a las 18.00 horas, se ampare en el resultado del referéndum: el sector soberanista quiere que sea una declaración de independencia aunque difiere en si debe tener efectos inmediatos o entrar en vigor más adelante.
El presidente dijo –en una entrevista en TV3 emitida el fin de semana– que su intención es presentar una declaración de independencia porque la prevé la Ley del referéndum, que considera vigente pese a suspenderla el TC: “La declaración de independencia está prevista en la ley del referéndum como aplicación de los resultados. Por lo tanto, aplicaremos aquello que prevé la ley”.

República y diálogo
Fuentes del Govern se remitieron ayer a esa entrevista y aseguraron que el discurso del presidente tendrá en cualquier caso una alusión a construir una república y, además, un elemento clave: apelar de nuevo a que haya una mediación internacional que siente en una misma mesa al Gobierno central y a la Generalitat.
Desde la votación del 1 de octubre, se sucedieron varias ofertas para mediar –entre ellas la de Suiza– y la Generalitat confía en que se acabe generando la presión suficiente sobre el Estado para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acepte alguna de las propuestas.


Los contactos discretos entre las filas soberanistas se han multiplicado en las últimas horas para cerrar un discurso que contente a todas las partes, hasta el punto de que se ha desconvocado una reunión del grupo parlamentario de JxSí prevista para este lunes porque aún no estaba cerrado el contenido del discurso.
El Govern es consciente de la respuesta del Estado depende del alcance de lo que diga Puigdemont: contemplan que una declaración de independencia con efectos inmediatos podría desencadenar una suspensión de la autonomía, mientras que una declaración ‘en diferido’ puede alejar este escenario, aunque sea momentáneamente.

Distintas sensibilidades
Entre los soberanistas hay diferentes sensibilidades sobre qué debe hacer el presidente: la CUP y Demócrates exigen una declaración de independencia sin ambigüedades –”ni simbólica ni retórica ni accesoria”, dijo el cupaire Benet Salellas–, de aplicación inmediata y que incluya aplicar la Ley de transitoriedad jurídica, que materializa la desconexión.
Desde ERC no detallan si quieren una declaración de efectos automáticos ya en este pleno y se limitan a afirmar que llegó el momento de “constituir” una república sin cerrar la puerta al diálogo con el Estado y a una posible mediación internacional de un actor político externo.
En cuanto al PDeCat, el partido comparte en que es imprescindible presentar esta declaración, pero en una reunión interna se evidenció la voz de los que presionan para que se haga una proclamación a plazos.


Su eurodiputado, Ramon Tremosa, apuntó ayer a la “vía eslovena”, que sería una declaración de independencia pero suspendida en el tiempo: no entraría en vigor de inmediato porque se deberían buscar reconocimientos internacionales e insistir ante el Estado en la posibilidad de negociar.

Puigdemont ultima una declaración en la que vuelve a pedir un arbitraje

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