Puigdemont entra en un compás de espera mientras se evalúa repatriarlo por malversación

Puigdemont entra en un compás de espera mientras se evalúa repatriarlo por malversación
Puigdemont llega a su comparecencia en Berlín | OMER MESSINGER (efe)

El caso del expresidente autonómico catalán Carles Puigdemont entra en un proceso de espera mientras la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein estudia si es admisible su extradición por el delito de malversación.
Puigdemont fijó su residencia temporal en Berlín donde deberá comparecer regularmente ante la policía alemana mientras se resuelve su caso bien con una decisión del tribunal alemán o bien con un eventual nuevo paso de la justicia española.

En todo caso, se espera que, en caso que la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein aprobase la extradición, los abogados de Puigdemont recurran ante el Constitucional (TC) alemán.
Al margen de la evolución jurídica del caso, la presencia de Puigdemont en Berlín implica para el Gobierno alemán un reto diplomático de cara a España.

Mientras, varios políticos alemanes se pronuncian, en declaraciones que recoge el dominical “Frankfurter Allgemeine am Sonntag” (FAS), a favor de una mediación internacional para resolver el conflicto catalán.
Hasta ahora la idea de una mediación era planteada ante todos por políticos de la oposición, especialmente del partido La Izquierda, pero en las voces recogidas por el FAS hay también representantes de los partidos de la gran coalición de Gobierno.


Así, por ejemplo, el eurodiputado Elmar Brock, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, sugiere la posibilidad de una mediación de la UE o de Alemania, si los involucrados lo piden.


De parte del Partido Socialdemócrata (SPD), socio minoritario de la gran coalición, el también eurodiputado Arne Lietz sostiene que ante el peligro de que se produzca una escalada de violencia en Cataluña la UE debe ofrecer una mediación.

Del lado de la oposición, el presidente de Los Verdes, Robert Habeck, señaló que la idea de una mediación le parecía “sensata” aunque bajo la condición de que las dos partes estén de acuerdo con ella y en que la meta final de la mediación sea mantener la unidad de España.

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