Una observadora declara que el Diplocat pagó el viaje, los sueldos y las estancias

Una observadora declara que el Diplocat pagó el viaje, los sueldos y las estancias
GRAF846. MADRID, 27/03/2019.- Captura de la señal institucional del Tribunal Supremo, del exparlamentario alemán Felix Von Grundbergm (i), supuesto observador internacional del referéndum del 1-O, durante su comparecencia esta ma&ntil

Dos integrantes de delegaciones que viajaron a Cataluña el 1-O negaron ser observadores internacionales que tratasen de validar los resultados, aunque un admitió que el Diplocat, financiado por la Generalitat, corrió con los gastos de los salarios y las dietas de los doce miembros de su equipo.

En la jornada de ayer, el Tribunal Supremo se ha adentrado en la supuesta internacionalización del “procés”, sustentada en parte por la llegada de expertos que la Fiscalía considera “observadores internacionales”, que fueron pagados con dinero público, lo que daría cobertura para justificar el delito de malversación.

Pero tanto el exparlamentario regional alemán Bernhard von Grunberg como la política neozelandesa Helena Catt, pertenecientes a dos grupos diferentes que actuaron el 1-O como supuestos observadores, han querido dejar claro que su misiones “no eran en absoluto” la de observación o validación de la votación, pese a que el Govern de Carles Puigdemont los presentó así ante la prensa.

El primero explicó que su grupo se limitó a asistir “sin partidismo”, por su “mero interés político y personal”, en el proceso entre Cataluña y España, mientras que Catt, que fue una de las observadoras acreditadas por la Sindicatura Electoral de Cataluña y lideró el Election Expert Research Team, ha afirmado que su objetivo era “elaborar una investigación sobre el contexto catalán”.


Con todo, reconocieron que fue el referéndum lo que motivó su interés por contactar con el Diplocat para viajar a Cataluña.

De hecho, el alemán se desplazó dos días antes a Barcelona, donde fue testigo de lo sucedido en varios centros electorales junto a un grupo de parlamentarios europeos que asistió por iniciativa propia.


Mientras, la neozelandesa llegó el 4 de septiembre y pasó más de un mes con un equipo de doce personas, alguna de los cuales estaban en Cataluña desde julio y agosto, aunque ella no sabe lo que ocurrió el 20-S, a pesar de que su trabajo se centraba en observar los eventos más importantes y destacables que ocurrieran en ese tiempo.


Y aunque el político alemán destacó que siempre dejó claro al Diplocat que para él “era muy importante sufragar los costes a título personal” para mantener su independencia, Helena Catt sí que reconoció que el organismo pagó todos los gastos de salarios y dietas, lo que contradice la versión del exjefe de Diplocat Albert Royo, que limitó los pagos a las dietas y nada dijo de honorarios.


Pero Catt aseguró que cada uno de los de los miembros de su equipo facturó de forma “autónoma e independiente” a Diplocat por sus honorarios, que solo en su caso fue de 8.000 euros de salario con las dietas al margen, que cobró por transferencia bancaria.


No obstante, precisó que ella fue una de las últimas personas de su equipo en llegar a Cataluña, por lo que los gastos de estos otros expertos fueron mayores porque se pagaba por semanas.

Unos 170.000 euros
La Guardia Civil aseguró en el juicio que Diplocat pagó unos 170.000 euros al grupo de Helena Catt, cifra que figura en el escrito de acusación de la Fiscalía –salarios (114.592) y dietas (62.712)–, si bien Royo dijo que solo pagaron 40.591 euros en dietas.


Estos dos “observadores internacionales” mantuvieron varios encuentros con Diplocat, altos cargos del Govern y el exconseller Raul Romeva, aunque han manifestado que disponían de “absoluta independencia”.
El tribunal también escuchó los testimonios de un guardia civil y dos mossos, presentes en un registro el 20-S, donde la comitiva judicial tuvo que salir por un garaje, tras estar “literalmente” escondidos durante quince minutos y “a la carrera”.


Los tres relataron un episodio que ya resulta conocido en el juicio. Aquel día, en el domicilio de Joan Ignasi Sánchez, asesor del Departamento de Gobernación, se comenzó a aglutinar la gente hasta llegar a unas setecientas personas y la situación fue escalando hasta notarse una “crispación exagerada”.

También los mossos, los primeros con experiencia propia sobre el terreno que declaran ante la sala, describieron la “agresividad y violencia” contra los agentes, que recibieron “golpes con cascos, patadas, empujones y puñetazos” y, como consecuencia de ello, cinco resultaron heridos.

Una observadora declara que el Diplocat pagó el viaje, los sueldos y las estancias

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