Una manifestación variopinta recibe en los juzgados a la infanta Cristina

Una manifestación variopinta recibe en los juzgados a la infanta Cristina
Concentración de protesta convocada por Assemblea Republicana de Mallorca en las inmediaciones de los juzgados de Palma, con motivo de la declaración de la infanta Cristina ante el juez José Castro, como imputada en el caso Nóo

Una amalgama de gente, desde republicanos a empleados de Coca Cola amenazados por el despido, se han manifestado hoy frente a los juzgados de Palma arropados por curiosos atraídos por la comparecencia de la infanta Cristina para declarar en calidad de imputada en el caso Noós.

Hacia las seis y media de la mañana, un guardia de seguridad abrió la verja de la puerta trasera de acceso a los juzgados por la que poco antes de las diez entró en el recinto judicial el automóvil Ford del modelo C-Max a bordo del cual iba la hija menor del Rey.

Cuando el vehículo descendió por la rampa por la que hace casi un año caminó su esposo Iñaki Undargarín para comparecer ante el juez José Castro, hacía tres horas que funcionaba el cordón montado por la Policía Nacional para velar por la seguridad de la infanta.

Los manifestantes, que al saber que la infanta se encontraba ya en los juzgados reaccionaron con abucheos y gritos, se mantuvieron detrás de las vallas colocadas por las policías Nacional y Local, y dentro del perímetro de seguridad establecido.

"El despliegue policial ha sido excesivo", ha dicho a Efe Miguel Mascaró, dirigente de Unidad Cívica por la República de Baleares, la plataforma que convocó la concentración, a la que, al hilo de la gran atención mediática despertada por la declaración de la infanta, se ha unido un variopinto grupo con distintas reclamaciones.

El grueso de la manifestación, que ha sido secundada por unas trescientas personas, ha estado formado por partidarios de la tercera república, algunos de ellos con banderas republicanas, comunistas o independentistas catalanas, así como por empleados de la embotelladora que Coca Cola planea cerrar en Palma.

"Estamos aquí para aprovechar la presencia de medios y dar a conocer el conflicto en Coca Cola", ha explicado a Efe el secretario del comité de empresa Juanjo Bustins, mientras sus compañeros gritaban "Ni Coca Cola ni In-Fanta".

Junto a los empleados del fabricante de refrescos, sin duda quienes más ruido han hecho con sus silbatos y trompetillas, también ha participado en la manifestación un reducido grupo de activistas de Ibiza que ha aprovechado el notable despliegue periodístico para protestar contra las prospecciones petrolíferas que se proyectan hacer en aguas próximas al archipiélago balear.

También en la concentración había personas exigiendo democracia, pidiendo al juez Castro mano dura contra la corrupción, reclamando poner fin a los desahucios por impago de hipotecas, o protestando por la aplicación en el sistema de enseñanza de Baleares del decreto que establece una educación trilingüe.

Unos portaban carteles escritos en catalán con el lema "Rampa de los duques de Palma de Mallorca" en alusión a la famosa cuesta de acceso a los juzgados de la ciudad, y otro manifestante llevaba un cartel que decía "Libra-Noós de la Korrupción".

Los cerca de doscientos efectivos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegaron en las inmediaciones del edificio de los tribunales mantuvieron a los manifestantes alejados de la infanta y de la puerta trasera por la que entró para declarar.

La protesta callejera tuvo hasta cierto tinte festivo, lo que permitió a efectivos de la Policía Nacional relajarse con un desayuno con compañeros en las cafeterías del vecindario que abrieron para hacer caja.

Unas dos horas después de que la infanta comenzara a declarar, la concentración se desinfló y quedaron frente a los juzgados unos pocos manifestantes y curiosos. Miguel F. Rovira

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