La justicia espera al yerno de don Juan Carlos al final de un pasillo lleno de flashes y de prensa

Iñaki Urdangarin se enfrenta en Palma al amargo trago de ser el primer miembro de la familia real que responde ante la Justicia por presunta corrupción y además tendrá que someterse al escrutinio de cientos de periodistas ávidos de captar hasta el más nimio detalle de su paso por los juzgados.

Si, como dijo su abogado, Mario Pascual Vives, el duque de Palma ya fue ondenado por la profusión de informaciones y opiniones sobre sus negocios con instituciones públicas a través del Instituto Nóos, el pasillo de flashes que habrá de atravesar antes de explicarse ante el instructor del caso, José Castro, es parte del castigo social que lamenta su defensor. Hasta el momento, unos 60 medios de comunicación han acreditado a redactores, reporteros gráficos y técnicos para seguir la llegada y salida de los juzgados del marido de la infanta Cristina, que entrará por la puerta de atrás puesto que en sábado el edificio solo está abierto en funciones de guardia.

La justicia espera al yerno de don Juan Carlos al final de un pasillo lleno de flashes y de prensa

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