La infanta “se limitaba a rubricar sin pedir explicaciones”, según su defensa

La infanta “se limitaba a rubricar sin pedir explicaciones”, según su defensa
El letrado Pau Molins defiende que la infanta nunca pidió tener tarjeta de Aizoon ep

Pau Molins, uno de los abogados que representa a la infanta Cristina, subrayó durante la exposición de su informe final que su patrocinada, como socia de la mercantil Aizoon, “se limitaba a rubricar muy ocasionalmente aquello que se le solicitaba”, desvinculándola de la gestión diaria de la empresa que comparte con su marido, Iñaki Urdangarin.
El letrado, que tomó la palabra pasadas las 11.15 horas, subrayó que durante el juicio del caso Nóos, que finalizó ayer, quedó acreditada “de forma arrolladora” la tesis exculpatoria de la defensa de la exduquesa de Palma, para quien pide su libre absolución.
Molins inició su intervención aseverando que, después de que la letrada que representa al “autodenominado sindicato de funcionarios públicos” Manos Limpias dedicase “una hora y 35 minutos hablando de la Infanta, no puedo dejar de contestar ni una sola de las graves acusaciones contra Cristina de Borbón”.
El abogado recordó que Aizoon fue constituida en 2003 por iniciativa de Urdangarin, quien propuso a la infanta que constara como socia. El objeto, dice, era la prestación de servicios de consultoría y asesoramiento, así como la compraventa de bienes inmuebles.
Molins subrayó así que “no es cierto” que la mercantil fuese constituida únicamente para canalizar los ingresos profesionales de Urdangarin, negando que fuese una empresa pantalla sin actividad real. “Urdangarin era el único administrador de hecho y de derecho, tenía el dominio absoluto y exclusivo y dejó completamente al margen su esposa”, apuntó.

No usaba la visa
Además, el abogado Molins manifestó que “no hay ninguna prueba que demuestre” que la infanta Cristina “usaba la Visa de Aizoon, por más que Manos Limpias se empeñe en lo contrario”.
El letrado indicó que su patrocinada nunca pidió tener tarjeta de Aizoon, sino que fue “un ofrecimiento comercial del banco, tal y como explicó Iñaki Urdangarin, quien explicó que la custodiaba él y que nunca fue usada por su esposa”.
En este sentido, Molins aseveró que solo consta en la causa una decena de cargos “en el dilatadísimo periodo de siete años” y por importes mínimos.
Por otro lado, la defensa de la Infanta subrayó que hay “sobradas razones para afirmar que Manos Limpias ha actuado de forma temeraria y con mala fe” contra la exduquesa, atribuyendo este proceder a “una voluntad de hacer daño”.
Pau Molins reclamó que el sindicato, única acusación que ejerce acciones penales contra la Infanta, sea condenado en costas, toda vez que ha recriminado que entre los argumentos de la entidad “no concurre ni uno solo de los requisitos” a tener en cuenta para considerar a la Infanta cooperadora necesaria de los dos delitos fiscales que habría cometido su marido, Iñaki Urdangarin, a través de Aizoon.
El penalista consideró “absolutamente desproporcionada” la pena de ocho años de cárcel que Manos Limpias reclama para su patrocinada, “inédita en la historia judicial de este país”.

La infanta “se limitaba a rubricar sin pedir explicaciones”, según su defensa

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