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sábado | 20 abril | 2024
Había algunas dudas sobre las preferencias de Felipe González en el litigio entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón por el liderazgo del PSOE, pero ayer se encargó de despejarlas al declarar su “amor” por la exministra de Defensa, aunque desea al exvicepresidente del Gobierno al mando del partido.
“Me debes una”, le recordó Rubalcaba en persona a González en un acto de apoyo a su candidatura celebrado en el invernadero de Arganzuela, en Madrid, donde rememoró una reunión que ambos mantuvieron hace unas semanas, en la que tuvo que someterse “a un tercer grado” del que fue presidente del Gobierno durante 14 años.
Una reunión que, según confirmaron fuentes de la dirección socialista, fue decisiva para que Rubalcaba se decidiera a dar un paso al frente y disputar la secretaría general del PSOE en el 38 congreso federal del partido, que se celebrará en Sevilla el próximo fin de semana.
Compromiso > González respondió así a su compromiso con su presencia en el acto de ayer, que fuentes de la candidatura de Rubalcaba presentan como un espaldarazo a sus aspiraciones para liderar el partido.
Y ¿cómo se lo dijo el expresidente? Casi como si tuviera el corazón partido, porque en un acto expresamente convocado para respaldar a Rubalcaba, el mensaje que ha dado González incluyó a su contrincante, Carme Chacón.
Ante militantes y delegados que participarán en el congreso de Sevilla, el histórico socialista renovó el compromiso que adquirió con Rubalcaba cuando decidió concurrir a las últimas elecciones, al recordar públicamente que le dijo: “Creo en ti, antes, durante y después de la campaña, pase lo que pase”.
Eso sí, González dejó claro que su respaldo a Rubalcaba no tiene nada que ver con los “afectos” y para ello explicó al auditorio que iba a hacer una “declaración de amor”: “Quiero mucho a Carme Chacón. Por tanto aquí no estamos hablando de afectos, de inclinaciones”, proclamó.
Durante su discurso, González arremetió sin piedad contra la canciller alemana, Angela Merkel, y su “manía” de mantener la senda de estabilidad presupuestaria pese a que ese camino conducirá a la insolvencia de toda Europa y a la muerte de su economía.
Merkel también fue blanco de Rubalcaba en su intervención, aunque de manera indirecta, después de la reunión que mantuvo ayer con ella el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
En vez de pedir a la canciller que relaje el calendario de cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria, Rajoy apostó por “Merkel al cubo” y, “más papista que el papa”, abogó por el déficit cero.
La presencia de González dio relevancia a una cita que los organizadores presentaron como de carácter “intergeneracional”.
Más allá de su apoyo a Rubalcaba, que según recordó le llevó a trabajar en la última campaña electoral más incluso que cuando él era presidente, González lanzó varios mensajes en clave interna dirigidos al congreso federal, en el que él no tiene voto.
Sugirió por ejemplo que la única reforma estatutaria que debería acometer el PSOE es la aprobación de un artículo que prohíba hablar de sus problemas internos en sus agrupaciones, salvo una vez al año.
“Y el resto, obligatorio hablar de los problemas de la gente”, manifestó. Ya solo falta una semana para que el PSOE aclare su futuro en el congreso de Sevilla donde, advirtió González con la autoridad que le da su veteranía, el “peor error” que podría cometer el partido es: “Mirarse al ombligo y ver cómo se reparte el residuo de poder que nos queda”.
