10º-19º
jueves | 18 abril | 2024
El gerente del PP de Madrid, Beltrán Gutiérrez Moliner, defendió ayer que empleó “dentro de la legalidad” y de acuerdo a las “instrucciones recibidas” la tarjeta de crédito de la que dispuso durante el tiempo que perteneció a la comisión de control de Caja Madrid.
Gutiérrez Moliner avanzó su intención de solicitar un aval bancario la próxima semana para cubrir las posibles reclamaciones que pudieran derivarse de la investigación a 86 consejeros y directivos de Caja Madrid por el uso de tarjetas “opacas”.
Según el listado de la Fiscalía Anticorrupción, el gerente del PP de Madrid realizó un gasto de 58.000 euros con esa tarjeta.
destituido
A raíz de este caso, Gutiérrez Moliner cesó el jueves como asesor del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Madrid, destituido por la alcaldesa, Ana Botella, tras hacerse pública la lista de consejeros que hicieron uso de tarjetas de crédito.
El gerente del PP de Madrid recalcó que durante el tiempo que perteneció a la comisión de control de Caja Madrid cumplió “en todo momento con las directrices fijadas por la entidad, siempre dentro de la legalidad”.
Añadió que en ningún momento tuvo comunicación de posibles irregularidades cometidas durante dicho periodo, en el que, reiteró, siguió “fielmente las instrucciones recibidas”.
Por su parte, el presidente de la Patronal Madrileña (CEIM) y de la Cámara de Comercio de Madrid, Arturo Fernández, anunció ayer que devolverá “de forma inmediata” los 37.000 euros que utilizó a través de la tarjeta “negra” de Caja Madrid y sostuvo que se la entregaron para “gastos de representación”.
En un comunicado refiere que “ante la alarma social que ha provocado la utilización de esta tarjeta, que me fue facilitada por la entidad, quiero dejar muy claro de que nunca sospeché que su uso pudiese constituir un acto recriminable, como ahora se ha llegado a considerar”.
Asegura que “la cantidad asciende a 37.000 euros, que fueron destinados a gastos de representación en los tres años que hizo uso de ella y que supuso un gasto de poco más de 1.000 euros mensuales. Los gastos fueron de comidas y gasolina para sus desplazamientos cuando realizaba tareas relacionadas con la actividad de consejero”.
Asimismo, lamenta “profundamente las consecuencias de este hecho” y expresa “muy sinceramente mi sentido de responsabilidad”. “Creo que para el futuro debemos evitar estos casos mediante un riguroso control de las decisiones que se puedan tomar en todos los ámbitos de la vida económica”, subrayó.
