La Fiscalía pide para Artur Mas diez años de inhabilitación por el 9-N

La Fiscalía pide para Artur Mas diez años de inhabilitación por el 9-N

La Fiscalía pidió diez años de inhabilitación para ejercer cargos públicos electos y funciones de gobierno para el expresidente de la Generalitat Artur Mas por los supuestos delitos de desobediencia grave en calidad de autor y de prevaricación por la organización de la consulta ciudadana sobre la independencia del 9 de noviembre de 2014.
En el escrito de acusación, los fiscales Emilio Sánchez Ulled y Francisco Bañeres también reclaman nueve años para la entonces vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, y para la que era consellera de Enseñanza, Irene Rigau –en ambos casos por desobediencia grave cometido por autoridad pública como cooperadoras necesarias y prevaricación administrativa–.
El Ministerio Público añade que, en el caso de que el tribunal optase por imponer por separado las penas de ambos delitos, las condenas totales sean de nueve años y seis meses para Mas y de ocho años y siete meses para Ortega y Rigau, además de una multa.

por su voluntad
Acusa a Mas de articular “una estrategia de desafío completo y efectivo a la suspensión” acordada por el TC y de hacerlo aparándose solo en su voluntad y continuando los trabajos pero, eso sí, con la conveniente discreción, afirma la Fiscalía; para ello supuestamente se concertó con las otras dos acusadas.
“Eran plenamente conscientes de que con ello quebrantaban el obligado acatamiento a las decisiones del TC”, sostiene la Fiscalía, que les acusa de intentar aparentar que la gestión del 9-N quedaba exclusivamente en manos de los voluntarios.
La Fiscalía concluye que Mas, “intencionadamente y sin otro amparo que su mera voluntad” desatendió el mandato del TC e incumplió la obligación, que como convocante tenía, de dejar sin efecto la consulta del 9-N, según el escrito de acusación.
Ortega, como vicepresidenta del Govern, siguió ejerciendo el control público y la coordinación de toda la preparación de las votaciones inmediatamente por debajo de Mas y fue la “impulsora directa de las principales actuaciones administrativas” para el 9-N.
En el caso de Rigau, puso a disposición de la consulta los medios del departamento y se sirvió de los jefes de los servicios territoriales de su departamento para garantizar que los directores de los centros de enseñanza secundaria prestaran el apoyo necesario.
La Fiscalía cree que después de la suspensión de la consulta por parte del TC del 4 de noviembre, el Govern continuó con la gestión de la consulta, por ejemplo, manteniendo activa la web oficial del 9N con los logotipos y teléfonos de la Generalitat, hasta llegar a la publicación en la misma de los resultados de las votaciones.

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