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sábado | 20 abril | 2024
El grupo antiindependentista “Els Segadors del Maresme” volcó ayer en la plaza de Sant Jaume, frente al Palau de la Generalitat, una decena de sacas con miles de lazos amarillos que fueron retirando en diferentes poblaciones catalanas.
Integrantes de este grupo, todos vestidos con monos blancos, con la cara tapada con mascarillas y con gafas de sol, fueron vaciando una por una todas las bolsas que llevaban dejando la imagen de una plaza parcialmente inundada por miles de trozos de plástico amarillo.
Los activistas antilazos amarillos se definen a sí mismos en las redes sociales como “un grupo de catalanes fieles, decididos a devolver la neutralidad a nuestras calles” y que se dedica a retirar estos símbolos independentistas de la vía pública.
El cinismo del president
En su cuenta de Twitter, “Els Segadors del Maresme” destacaron que, con la acción de ayer, pretenden “demostrar el cinismo de Quim Torra cuando dijo anteriormente en un tuit que teníamos que dejar de contaminar”.
La protesta se produce en un momento en que la presencia de lazos amarillos en las instituciones públicas centra el debate político, tras la orden de la Junta Electoral Central (JEC) de retirar estos símbolos tras la convocatoria de las elecciones generales.
Mientras, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, calificó de “gravísima” la entrada de Mossos en algunas escuelas catalanas en busca de lazos amarillos e instó a “no tolerar” actuaciones de este tipo, con las que, a su juicio, se pretende “ocultar que hay presos políticos”.
En declaraciones a los periodistas, Paluzie afirmó que “lo que pasó ayer con la entrada de los Mossos en escuelas en horario lectivo, llegando al extremo de borrar con pintura blanca un mural pintado por los niños es gravísimo y no se debería tolerar”.
A juicio de la líder independentista, “bajo la pretendida exigencia de la neutralidad en campaña electoral, lo que es comprensible perfectamente, lo que se esconde es voluntad de esconder que hay presos políticos”.
Los Mossos entraron el viernes en varios edificios públicos, entre ellos escuelas, para comprobar que no hubiera lazos amarillos o simbología partidista, en cumplimiento de las instrucciones de la Junta Electoral Central (JEC).
Esta actuación fue defendida ayer por el conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, quien pidió que se eviten “polémicas internas”.
En un apunte en Twitter, Buch concretó que en cumplimiento de las órdenes de la Junta Electoral Central (JEC) la policía catalana tuvo que “revisar miles de espacios públicos, entre ellos, los más de 2.700 centros docentes”.
Buch también explicó que se produjeron quejas en alguno de los centros, aunque indicó que son minoritarias, y sostuvo que “podría haberse actuado de forma inadecuada”, por lo que se revisarán estas actuaciones concretas.
Esta revisión tendrá como objetivo “garantizar su obligación de actuar siempre con contención, proporcionalidad y de forma adecuada” y insistió en que los Mossos demostraron profesionalidad en las miles de actuaciones .
“Sugiero que los que compartimos los mismos valores y proyecto de país pongamos el énfasis en el origen de la simbología que la JEC ha querido que desaparezca: la existencia de exiliados y presos”, escribió Buch.
