Trump defiende en Davos el mensaje de “Estados Unidos primero” pero no “en solitario”

“Estados Unidos primero” pero no “Estados Unidos en solitario” fue el mensaje que Donald Trump trasladó ayer en Davos a la elite política y económica, a la que vendió sus éxitos económicos, pidió inversiones y brindó apoyo, pero a la que también dejó claro que se hará bajo sus reglas.
En su esperado discurso de cierre de la cuadragésima octava edición del Foro Económico Mundial, Trump sacó a veces el hombre de negocios que lleva dentro –al asegurar a los empresarios que “ahora es el momento perfecto para que ustedes lleven sus empresas, sus empleos y sus inversiones a Estados Unidos”–, y otras el político.
Consciente de que se encontraba ante un público que ha criticado su proteccionismo y aislacionismo y al que él, a su vez, ha atacado por elitista, el presidente desplegó un mensaje de doble filo en Davos: defiende los intereses de los estadounidenses, pero “reafirma la amistad y la cooperación de Estados Unidos para crear un mundo mejor”.
“Estados Unidos está abierto para el negocio y volvemos a ser competitivos”, aseguró el mandatario, quien puso de ejemplo su rebaja fiscal, “la más grande en la historia de Estados Unidos”, que alivia a la clase media, a las pequeñas empresas y a las compañías grandes, tras recortar, entre otros, el impuesto de sociedades del 35 al 21%. Trump, que también destacó sus esfuerzos de desregulación, no se desvió en sus quince minutos de discurso de su “Estados Unidos primero”, al afirmar que “siempre pondré a Estados Unidos primero”.
Pero a modo de apaciguamiento y para subrayar que no es tan aislacionista como el mundo cree, el mandatario señaló que “ello no quiere decir ‘Estados Unidos en solitario’”, ni en lo económico –porque cuando su país crece también lo hacen los demás, reiteró– ni en lo político.
Por otro lado, la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y los gobernadores de los bancos centrales de Inglaterra, Mark Carney, y Japón, Haruhiko Kuroda, dibujaron ayer un momento “dulce” para la economía global, aunque alertaron del fracaso en la lucha contra las desigualdades.
Lagarde habló de los riesgos que ponen en peligro la recuperación económica, que son el riesgo financiero, la falta de cooperación internacional y, sobre todo, la persistencia de desigualdades. l

Trump defiende en Davos el mensaje de “Estados Unidos primero” pero no “en solitario”

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