La negociación de los créditos fiscales será clave en las pujas para adquirir Novagalicia

Los fondos extranjeros y la banca española que aspiran a hacerse con el control de Novagalicia tienen ya en su poder  el denominado “data room”, el documento en que figura toda la información relevante de la entidad gallega, paso con el que se inicia oficialmente el proceso de subasta.
Uno de los datos clave del dossier que recibieron los interesados en adquirir el banco es el que se refiere a los créditos fiscales que librarían al ganador de pagar impuestos durante un larguísimo periodo de tiempo. Los fondos extranjeros, que acuden a la puja con el respaldo de la actual dirección de la entidad y de la Xunta, se beneficiarían de 2.000 millones, la banca española de 4.500.
 El problema llega a la hora de aplicar este beneficio. El año que viene entrará en vigor la regulación internacional de solvencia conocida como Basilea III. Esta norma obliga a descontar los activos fiscales del cómputo del capital. Una obligación que anula el aliciente que suponen en este momento los créditos fiscales.  
De aplicarse la nueva normativa, el ganador de la puja tendrá que generar esa cantidad orgánicamente o levantar dinero en el mercado para compensar ese efecto, para lo que tendrá diez años.
Para salvar este escollo los participantes en la puja negocian con el ministerio de Economía que, a su vez, trata de negociar con la EBA (Autoridad Bancaria Europea) una fórmula para que permita al comprador de Novagalicia no descontar estos activos del capital, al menos una parte de los mismos. El Gobierno no se muestra muy optimista a este respecto y, a finales del pasado mes, el propio ministro de Economía, Luis de Guindos aseguraba que no creía que este reconocimiento fuera a estar aprobado antes de la subasta.
En su negociación con los responsables de finanzas europeos, el Gobierno trata de eliminar el nexo entre los activos fiscales y  los beneficios, de manera que  estos se transformen en un crédito contra Hacienda que se pueda recuperar con cualquier impuesto y en cualquier circunstancia.
Que los créditos fiscales iban a ser un caballo de batalla para Novagalicia ya lo tenían claro sus gestores hace unos meses. Tal como recuerda en su web Economía Digital, cuando cerraron y presentaron las cuentas de 2012, en los comentarios al balance hacen referencia a que “las oportunidades de planificación fiscal de que dispone el banco dentro de la hipótesis de continuidad presenta una alta probabilidad de ocurrencia y permitirá la viabilidad del banco por un período indefinido, integrado como filial en un grupo financiero de reconocida solvencia, con el margen de maniobra suficiente para gestionar la recuperabilidad de estos activos fiscales diferidos”.
Esto muestra que el banco confiaba en hacer frente a esos créditos de la mano de su futuro comprador. Ahora, con la negociación abierta, el futuro propietario podría hacerse  con la entidad con el problema resuelto.