Los presupuestos generales de Portugal para 2013, considerados los más duros de su historia reciente, pondrán a prueba la solidez de la alianza conservadora en el Gobierno, según coinciden la mayoría de analistas lusos.
La propuesta presupuestaria del Ejecutivo para el próximo año, entregada el lunes al Parlamento, recoge un amplio abanico de ajustes fiscales que en la práctica provocarán una “enorme” subida de impuestos, de acuerdo con las palabras del propio titular de Finanzas, Vítor Gaspar. Esta “receta” ideada por el gabinete del primer ministro, Pedro Passos Coelho, se ha encontrado con el rechazo de la oposición, los sindicatos y la patronal, e incluso el actual jefe de Estado, el también conservador Aníbal Cavaco Silva, ha vuelto a advertir del efecto recesivo de más recortes.
Mientras, el descontento también ha sido el protagonista en las calles. Una manifestación convocada por los “indignados” lusos acabó la madrugada de ayer con enfrentamientos con la Policía, en los que once personas resultaron heridas leves.