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sábado | 20 abril | 2024
Hacienda ingresó 168.567 millones de euros en impuestos en 2012, un 4,2% más que el ejercicio anterior. Así, gracias a la subida de impuestos los ingresos totales no financieros alcanzaron el pasado año los 215.517 millones de euros, frente a los 211.089 presupuestados por el Gobierno.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, subrayó ayer que las medidas de consolidación fiscal aprobadas en 2012 por el Gobierno han servido para recaudar 11.237 millones de euros.
Hacienda calcula que sin esas medidas los ingresos netos habrían sufrido una caída del 2,7%. En conferencia de prensa, Montoro destacó la importancia de la recaudación en el impuesto de sociedades, que alcanzó los 21.435 millones, el 29% más que en 2011.
En este sentido, el ministro señaló que este incremento en el impuesto de sociedades ha sido superior a la suma del aumento de recaudación por IRPF e IVA juntos. La recaudación por IRPF creció en 2012 el 1,2% y la del IVA, el 2,4%.
Los ingresos totales no financieros se elevaron a 215.517 millones, frente a los 211.089 millones previstos en los presupuestos generales del Estado, el 2,1% más.
El ministro afirmó que las medidas han permitido también que tribute más quien tenga mayor capacidad de pago.
Así, en el IRPF, el 80% del gravamen complementario lo han asumido el 20% de los contribuyentes con mayores rentas (base liquidable superior a 30.000 euros anuales).
amnistía fiscal
Montoro incidió en que en España no ha habido una amnistía fiscal, sino una regularización, que ha permitido que afloren 40.000 millones como bases imponibles para 2013 y siguientes que antes no estaban en el sistema y que en “buena parte” habían prescrito.
El ministro recalcó que no hay un país “grande” en Europa que haya hecho un ajuste presupuestario como el de España.
Montoro insistió en destacar la especial importancia de la recaudación en el impuesto de sociedades en un contexto de caída de los beneficios empresariales debido especialmente a los cambios normativos, como la limitación de deducción de gastos financieros y del fondo de comercio, la supresión de la libertad de amortización y las modificaciones en el pago fraccionado. Esto ha permitido que se acabe con el tono de caída de la recaudación, al ampliarse las bases y exigir más a las empresas más grandes.
