Fernández Sousa culpa a la banca por conceder créditos a Pescanova sin exigir garantías

Fernández Sousa culpa a la banca por conceder créditos a Pescanova sin exigir garantías
El expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa, a su llegada a la Audiencia Nacional para declarar como imputado por presuntos delitos de falseamiento de información económico-financiera y cuentas anuales. EFE

El expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa ha responsabilizado hoy a la banca de la situación de la empresa al afirmar que las entidades le concedían créditos a corto plazo sin exigir garantías a cambio porque así se aseguraban el cobro de altos intereses.

Fuentes jurídicas han informado hoy de que, durante su declaración como imputado ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, Sousa ha señalado también que la auditora BDO conocía el estado de la compañía -con un agujero patrimonial de 927 millones de euros y una deuda de 3.674 millones- porque trataba directamente con los bancos, sin que nunca pusiera pegas a las cuentas.

El expresidente de Pescanova está imputado por delitos societarios, de uso de información relevante y de falseamiento de cuentas anuales y de información económico-financiera supuestamente cometidos durante su etapa al frente de la compañía, en concurso de acreedores desde el pasado mes de abril y suspendida de cotización.

A preguntas del fiscal, Sousa ha manifestado que los bancos no le pedían ninguna documentación cuando pedía un crédito porque "ganaban mucho dinero" con el sistema establecido, que consistía en conceder los préstamos a cambio de facturas por cobrar.

Según el informe pericial elaborado por KPMG e incorporado a la causa, Pescanova utilizó 14 sociedades instrumentales para emitir facturas falsas entre 2007 y 2013, pero el imputado ha dicho hoy que eran los propios bancos los que reclamaban esas facturas porque estaban deseando prestarle dinero.

El expresidente de Pescanova ha reconocido, no obstante, que ocultó hasta el último momento la deuda de la compañía "para no perjudicar a la sociedad", que estaba pendiente de cerrar la venta de una planta en Chile con la que confiaba en obtener liquidez.

También ha sido preguntado por las operaciones de venta de varios paquetes de acciones de Pescanova antes del pasado 28 de febrero, fecha en la que comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la decisión de la compañía de no formular cuentas anuales y manifestó sus dudas sobre la propia continuidad de la empresa.

Sousa ha dicho que esas ventas, por las que ingresó más de 27 millones de euros, obedecían a la necesidad de devolver los créditos con los que anteriormente había adquirido a través de sociedades participadas acciones de la misma empresa "a precios muy altos".

Además, ha señalado que prestó a Pescanova parte del dinero obtenido -9,3 millones-, mientras que el resto lo dedicó a pagar créditos personales.

"No tenía ni para pagar el peaje de la autopista", ha declarado, según las fuentes consultadas".

El expresidente de Pescanova ha negado, por otra parte, haber intentado evadir dinero al extranjero, en relación con los 5,2 millones de dólares (unos 4 millones de euros) bloqueados el pasado mes de septiembre por orden del juez Ruz en una cuenta abierta en Portugal por la mujer del imputado, Rosario Andrade.

La orden de transferir los fondos a un banco chino, dada después de la imputación de Sousa, fue bloqueada por las autoridades lusas, pero el empresario ha asegurado hoy que fue él quien dispuso la anulación de la operación, que ha justificado diciendo que en Hong-Kong la rentabilidad para la renta fija es del 12 %, mucho más alta que en Portugal o en España.

Las fuentes consultadas han señalado que Sousa confía en que el valor de Pescanova subirá y en que la empresa "volverá a cotizar" dada el alza de precios del pescado.

Así, ha señalado que el incremento en los últimos meses del precio del rodaballo en un 120 %, del salmón entre un 50 y un 80 % y del de los langostinos hasta en un 90 % se traduciría hoy en la recuperación del precio de la acción, que bajó de 17,40 euros antes de la primera suspensión de su cotización a 5,91 euros después de la última, el pasado 12 de marzo.

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