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jueves | 25 abril | 2024
El Gobierno reconoce que el paro no bajará en toda su legislatura. Según sus previsiones, la tasa de paro será del 27,1% este año; del 26,7% en 2014 y del 25,8% en 2015. Es decir, cuando acabe su mandato no habrá bajado del nivel que se encontró Mariano Rajoy cuando ganó las elecciones en noviembre de 2011, el 22,8% de la población activa.
El Gobierno emperoró ayer sus previsiones económicas para este año y el que viene. Espera ahora que el Producto Interior Bruto (PIB) español caiga un 1,3% en 2013 y crezca un 0,5% en 2014. Al mismo tiempo, el Ejecutivo ha retrasado dos años el objetivo de situar el déficit público por debajo del 3%, hasta 2016. Anteriormente, el Gobierno esperaba que la economía española cayera solo un 0,5% este ejercicio y que subiese un 1,2% en el próximo.
En materia de empleo, el escenario del Programa de Estabilidad aprobado ayer por el Consejo de Ministros, estima ahora que la tasa de paro escalará al 27,1% al cierre de 2013, frente al 24,3% planteado anteriormente, aunque la tasa se moderará al 26,7% en 2014 (frente al 23,3% previo).
credibilidad
El Ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró que son unas previsiones “extremadamente conservadoras” para otorgar “muchísima credibilidad” a la senda de reducción del déficit público y como “garantía del cumplimiento” de los objetivos de estabilidad presupuestaria.
En cuanto a las previsiones más a largo plazo, para 2015, espera que el PIB se mantenga en la senda de crecimiento y aumente un 0,9%, por debajo del 1,9% previsto antes. Esta cifra permitirá que la tasa de paro se reduzca al 25,8%, algo más que la anterior estimación oficial (21,8%).
El objetivo de déficit para este año se ha elevado al 6,3% (3,7% para la Administración central, 1,4% para la Seguridad Social y 1,2% para las comunidades), con lo que se tendrá que hacer un ajuste de 0,7 puntos respecto al 7% registrado en 2012.
No obstante, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, incidió en que el compromiso de reequilibrar las cuentas públicas se mantiene, pero que el momento requiere que antes de llevar a cabo cambios fiscales se tenga en cuenta su impacto sobre el crecimiento.
Montoro advirtió de que, a pesar de que el Gobierno ha aumentado en medio punto el objetivo de déficit para las comunidades, estas tienen que seguir trabajando para reducir el déficit estructural público.
Recordó que las autonomías cerraron de forma muy diferente las cuentas del año pasado, con algunas que llegaron al 3,5 por ciento del PIB de déficit mientras que otras se situaron en el 0,7. El ministro se refirió al grupo de trabajo aprobado en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), “que está en marcha en un ámbito más técnico, no político” para conocer cuáles son las posiciones de las comunidades, cómo entienden y cómo deben evolucionar esas diferencias.
La recuperación económica se sustentará en el sector exterior, ya que la demanda interna seguirá sin aportar crecimiento hasta 2016, puesto que el consumo de los hogares seguirá cayendo este año y estancado el próximo, en tanto que en 2015 crecerá cuatro décimas.
El gasto de las administraciones públicas seguirá cayendo a tasas superiores al 3% durante todo el período, en línea con el proceso de reducción del déficit, en tanto que la inversión empresarial despegará en 2015 y crecerá con fuerza en 2016 (4,3%).
La demanda externa aportará 2,4 puntos de crecimiento al PIB en 2013, una contribución positiva que irá disminuyendo en la medida en que se vaya recuperando la demanda interna, que tendrá como consecuencia un aumento progresivo de las importaciones.
Las exportaciones mantendrán la fortaleza mostrada durante la crisis y llegarán a crecer el 7,1% en 2016. España registrará ya este año capacidad de financiación neta frente al resto del mundo (1,9%), gracias a la corrección del déficit por cuenta corriente.
La deuda pública, que se elevará hasta el 91,4% este año, no dejará de crecer el todo el período y se situará en casi el cien por cien del PIB en el año 2016 (99,8%).
Por otro lado, De Guindos dijo que la fuerte caída en los costes de financiación de España en los mercados de deuda permiten anticipar que también las empresas españolas accederán al mercado a menor coste.
El ministro de Economía recordó que la prima de riesgo de España –el sobrecoste que los inversores exigen a España por la compra de su deuda– se ha reducido notablemente desde los máximos históricos, en torno a 640 puntos, que marcó el verano pasado.
