Dos directivos admiten el uso de facturas falsas para financiar Pescanova

Dos directivos admiten el uso de facturas falsas para financiar Pescanova
En los años 2011 y 2012 hasta el 80% de las facturas de Pescanova eran falsas, según KMPG archivo ec

Dos de los últimos directores financieros de Pescanova, Antonio Táboas y Alfredo López Uroz, aseguraron ayer en la Audiencia Nacional que el uso de facturas falsas en la pesquera gallega, como revelaba el informe forense de KPMG, era una forma de financiación utilizada por la compañía, informó Efe.
En su declaración como imputados ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, solo contestaron a las preguntas del fiscal y no quisieron responder a las de las acusaciones particulares.
En este sentido, precisaron que este sistema de facturas era desde el principio conocido por las entidades bancarias con las que trabajaban.
Según el informe de KPMG, en los años 2011 y 2012 entre el 75 y el 80% de las facturas de la sociedad Pescanova eran falsas.
Explicaron que el sistema de neteo de las cuentas (operativa que consiste en compensar deuda con activos –en su caso era con depósitos bancarios– y cuyo resultado final supone ocultar la información sobre la situación de endeudamiento real de la compañía) era una práctica en la que habían sido educados para aplicarla bajo esos criterios.
Indicaron que la práctica la conocía la auditora de la compañía, BDO, quien, según declararon, nunca dijo que no se pudiera realizar de esa forma.
Señalaron que ellos siguieron con la práctica del neteo hasta que los asesores fiscales les advirtieron, durante el preconcurso de acreedores en el primer trimestre de 2013, de que debían consignar la totalidad de la deuda de la compañía para proceder a la renegociación con la banca.
Uroz precisó que no había contabilidad B o paralela, y que toda la deuda financiera estaba en los registros contables, aunque esta se encontraba neteada.
En relación a si BDO conocía esta situación, Uroz dijo que la auditora tenía información para conocerlo y que nunca efectuó ninguna observación.
A preguntas del fiscal sobre si los bancos aprobaban los créditos documentarios con tan escasa información aportada por parte de la empresa, destacaron que la documentación era muy exigua y no la habitual que exigían las entidades financieras para un crédito documentario.
Uroz quiso precisar que la compañía sufría tensiones de tesorería (cuando hay problemas para afrontar un crédito no vencido) y no problemas de liquidez (cuando no se puede pagar un crédito ya vencido).
Justificaron que los dos préstamos que el expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa Faro otorgó a la compañía obedecen a estas tensiones de tesorería.
Dichos préstamos, de unos 9 y 6 millones de euros, fueron contabilizados y validados por la administración concursal, Deloitte, y los conocían también BDO y KMPG. Los dos directivos coincidieron en afirmar que Sousa –también imputado en esta causa– quien daba las órdenes en relación a la financiación y con el que despachaban una vez a la semana.
Táboas, por su parte, aseguró que Sousa asumió las funciones de la dirección financiera entre febrero y julio de 2012, y que a partir de esa fecha lo hizo Carlos Turci.

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