Un acusado asegura que el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid conocía las tarjetas black

Un acusado asegura que el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid conocía las tarjetas black

El exjefe de gabinete del consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid José María Buenaventura explicó ayer durante su declaración en el juicio por el uso fraudulento de tarjetas black que el entonces viceconsejero de Hacienda y en la actualidad portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio, le habló de la existencia de dichas tarjetas antes de que él entrara en Caja de Madrid en calidad de representante del Gobierno regional. 
Según su versión, Ossorio le explicó las condiciones de esta Visa,  de la que gozó Buenaventura, que es uno de los 65 ex altos cargos y directivos de Caja Madrid y Bankia que se sientan en el banquillo de los acusados por el uso presuntamente fraudulento que hicieron de estos plásticos. “Sobre las instrucciones, el vicesecretario general del Consejo de Administración de Caja Madrid, Vicente Espinosa lo que hizo fue corroborar lo que me dijo Ossorio, que era una tarjeta de libre disposición”, dijo Buenaventura. 
Agregó que él le preguntó al alto cargo qué límite podría tener porque desde la Comunidad de Madrid se le había dicho que era de 25.000 euros. “Espinosa lo que vino es a corroborarme dicha circunstancia”, sentenció.
Buenaventura, que cargó 62.932 euros y para el que el Ministerio Público pide una pena de dos años y seis meses de prisión y una multa de 63.000 euros, añadió que su representación en Caja Madrid se entiende en el marco del acuerdo que tenía la comunidad con la caja extinta. El acusado explicó que su papel era de representante de la Comunidad de Madrid en la caja extinta y su cometido era supervisar las cuentas anuales que se remitían a la Asamblea de Madrid y a la Comunidad. “Yo era ajeno a Caja Madrid”, recalcó.
Por su parte, el ex director general de Negocios de Caja Madrid, Matías Amat, precisó que el presidente de la entidad entre 1996 y 2010, Miguel Blesa, fue el que le entregó la tarjeta black en el año 1999 entendida como un instrumento de libre disposición y un “complemento retributivo adicional”. Amat dijo, a preguntas del fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón,  que gozó de dos tarjetas, una de gastos representación “que se tenía que justificar”, y otra personal de la que se le recalcó que era un complemento retributivo con un límite “que no se podía pasar”.
El acusado, que cargó 430.600 euros a su Visa, aseguró que se la entregaron a modo de retribución y no constaba en su contrato. Mientras, los exmiembros de la comisión de control de Caja Madrid que prestaron declaración ayer explicaron que acataron las consignas otorgadas por la caja sobre el uso de los plásticos y que, por tanto, fueron prudentes en los gastos que cargaron, ya que no sobrepasaron el límite establecido, que era diferente para cada uno. 
Insistieron en que, al entregarles la tarjeta, se les explicó que no tendrían que aportar justificación de los gastos, ni devolver ninguna cantidad.

Un acusado asegura que el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid conocía las tarjetas black

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