Una España sin portero

Una España sin portero
BAT01. ZAGREB (CROACIA), 15/11/2018.- Ante Rebic (i) de Croacia disputa un balón ante Jordi Alba (d) de España hoy, durante un partido del Grupo 4 de la Liga de Naciones UEFA, entre las selecciones nacionales de Croacia y España, en e

El orgullo de una Croacia luchadora y agresiva tumbó a España en Zagreb y la dejó rezando en casa por un empate en Wembley en la última jornada que le de el pase a la fase final de la Liga de las Naciones que no se ganó en el campo, condicionada por tres errores individuales, dos graves del guardameta David de Gea.

Si algo marca el fútbol croata es el orgullo, por encima incluso de la calidad de futbolistas como Modric o Rakitic, que ponen el sentido a su juego. Para sacar algo positivo, España tendría que bajar al barro en el otro fútbol y ahí nunca fue experta.

Su intención fue salir por la posesión para frenar el ímpetu local, pero la presión anuló su centro del campo y la verticalidad del rival generó sufrimiento.

Apostó Luis Enrique por Sergi Roberto en el lateral derecho, el cuarto lateral en cinco partidos en una demarcación que añora a Carvajal. Llegaba de hacer aguas ante el Betis y Perisic lo buscó con descaro. Le cogió la espalda a los seis minutos y su disparo, seco y a ras de césped, lo repelía la madera en el primer aviso croata. España sufría con los balones en largo y el fútbol directo de Croacia, que situó alto el nivel de la agresividad, al límite del reglamento.

La segunda parte entre dos selecciones a las que solo les valía ganar dejó un duelo de intercambio de golpes y goles, precioso para el espectador que aumenta el valor de la recién creada Liga de las Naciones. Las revoluciones se plasmaban en Modric, futbolista elegante que se mutaba en un guerrero más y dejaba un manotazo a la cara de Ceballos, compañero de club y hoy rival que no admitió su disculpa.

Cuando mejor estaba España golpeaba una Croacia que castigó cada error. Lo cometió Sergi Roberto en la salida de balón, con el equipo abierto y dejando solo a Kramaric, que definía abajo engañando con el cuerpo a De Gea. La personalidad se demostraría en una olla a presión cuando segundos después los magos enganchaban una acción para empatar. Aspas engañaba a todos con su pase filtrado a Isco, caído a la zona izquierda y asistiendo un regalo a Ceballos que marcaba a placer.

Paso adelante
España daba un paso al frente para dominar. Le ponía criterio a su juego y aumentaba una marcha su velocidad. Luis Enrique apostaba por Marco Asensio y el travesaño repelía el intento de Aspas tras un balón muerto dentro del área.

Fue cuando llegó el primer error de un De Gea que no aprovecha su altura y envergadura en las salidas. Un córner en corto acabó en centro de Modric al segundo palo, donde solo y a placer remataba a la red Jedvaj, héroe inesperado. 

La selección española creyó hasta el final incluso con los tiros en el pie que se dio. Morata no acertaba a rematar un balón llovido del cielo tras una buena parada de Kalinic. Vrsaljko sacaba bajo palos el tímido cabezazo. Minutos después rechazaba con la mano una acción ofensiva. El claro penalti lo transformaba Sergio Ramos con seguridad en su disparo.

Restaban doce minutos para ganarse el pase y Asensio disponía de la última, en una carrera con disparo arriba. El resto fue una exhibición de casta croata, que acabó encerrando a España y encontrando el premio en el tiempo añadido. Un disparo cruzado se alió con la desconfianza de De Gea, que dejaba el rechace muerto en una invitación a Jedvaj de convertirse en héroe. El grupo se decidirá en Wembley entre Inglaterra y Croacia. El que gane estará en la fase final. Si empatan la beneficiada será una España con dudas.

Una España sin portero

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