Un Depor irreconocible

Un Depor irreconocible
Muñoz celebra el tanto que valía el partido mientras Caballo encaja el golpe | alfaquí

El Deportivo sorprendió a sus seguidores, y seguro que a sus rivales, haciendo un partido para olvidar en Alcorcón, viéndose superado en casi todo momento por su adversario y jugando el peor encuentro hasta la fecha. No estuvo bien en ninguna de las áreas, ni en la propia ni en la contraria y, salvo el portero, que evitó una derrota más abultada, el resto del personal salió con más pena que gloria del estadio de Santo Domingo.
Las ausencias en el ataque hicieron que el entrenador vasco del equipo coruñés realizase modificaciones con respecto a los anteriores onces en Liga, dando continuidad a los ‘debuts’ coperos, conformando un equipo sólido en defensa y media, y veloz y talentoso en ataque. Al menos eso es lo que se suponía sobre el papel...
Las primeras llegadas fueron coruñesas y la defensa blanquiazul supo ‘barrer’ las internadas locales. 
Después de un intercambio de jugadas el Alcorcón disparaba a puerta. Juan Muñoz conectaba un potente lanzamiento desde larga distancia al que respondía Dani Giménez con un paradón. Era el minuto nueve y el partido se animaba, eso sí,  para la escuadra de Parralo.
Los siguientes minutos fueron de centrocampismo, con dos onces entregados, mejor adaptado al escenario –en lógica– el local. A los 13 minutos llegaba una nueva ocasión de los madrileños con un nuevo disparo de Juan Muñoz que lamía el poste y se iba fuera. Desde la banda Natxo González se desgañitaba pidiendo a los suyos más estabilidad en el juego, sobre todo cuanto atacaba el Alcorcón, que comenzaba a tomar el mando del partido de manera clara.

Incómodo
El Depor no estaba cómodo, no salía de la presión como quería y el cuadro de Cristóbal y Manjarín se iba adueñando del control del partido. A los 17 minutos, de nuevo Muñoz, hiperactivo, volvía a poner en apuros al meta gallego, que volvía a resolver. El equipo sufría. Ya habían avisado los protagonistas, desde el entrenador al último jugador, en este campo, típico de la categoría, se cumple el axioma del sufrimiento. El cuadro coruñés se preparaba para las embestidas locales y, eso sí, dejaba entrever que en una contra podía ser mortal, pero el Alcorcón entraba por las bandas como un estilete, sobre todo por la de David Simón.
Llegados al ecuador de la primera parte el cuadro alfarero había botado cinco saques de esquina sobre la meta de Dani, por uno del Depor, y gozado de tres ocasiones claras de gol ante un equipo, el coruñés, que solo podía defenderse. Incluso, a la salida del segundo córner a favor, la pelota acababa incomprensiblemente en el área herculina. Ante tanto despropósito Natxo González comenzaba a mirar al banquillo.
A los 43 minutos llegaba la consecuencia del mal partido del Depor. Nono ponía el 1-0 en el marcador después de una de tantas pérdidas en el medio del campo blanquiazul. El descanso caía como una losa. Tan pronto comenzó la segunda parte, Sangalli se descubría con un trallazo que Vicente Gómez enviaba a córner después de una jugada ensayada de los alfareros.
El Depor contestó a todo el monólogo local a los 51 minutos con el primer remate a puerta del parte del partido, obra de Caballo, que el meta local envió a un córner que se sacó sin consecuencias.
El Alcorcón volvió a equilibrar las ocasiones y Natxo González hizo sus primeras variaciones desde el banquillo. No mejoró demasiado el Depor, pero al menos contuvo un poco mejor al rival y se acercó en alguna ocasión a la línea de área local, pero a trompicones, con errores y con poco o ningún dominio de la situación. El Alrcorcón seguía dominando y mandando.
Los minutos transcurrían y el Deportivo no era capaz de dar un paso adelante así que Narxo recurrió de nuevo al banquillo y, tras dar entrada a Krohn-Dehli, introdujo en el campo a Carles Gil en lugar de Bergantiños. Justo después llegó una ocasión clara de Sangalli, que se encontró una gran respuesta del meta gallego, el mejor de los blanquiazules ayer.

Espejismo
Carles Gil volvió a gozar de una buena ocasión a los 75 minutos de partido, apareciendo el arquero local para cumplir con dos cometidos, el primero, atajar la jugada, el segundo perder tiempo ante la cercanía del final del partido y el resultado favorable.
El crono seguía su camino y el Depor era irreconocible. Ni tan si quiera una parte mala y otra buena. El Alcorcón, por su parte, comenzaba a utilizar sus estrategias para agotar los segundos ya que las ideas claras no hacían acto de presencia en las mentes de los futbolistas herculinos.
El partido finalizó con un Depor nublado, sin colgar un balón al área, dilapidando acciones de estrategia por errores de bulto. En definitiva, el equipo fue ayer absolutamente irreconocible. En los cuatro choques precedentes, en Liga y Copa, hubo mucho más que ofrecer al fútbol que ayer, al menos 45 minutos. En Santo Domingo ni eso. Toca redimirse contra el Granada en Riazor. No hay otra opción. l

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