La transfusión funciona

El Deportivo sudó para ganar al Sabadell pero se marchó de Riazor con buenas sensaciones. Si en defensa los de Vázquez siguen siendo plenamente efectivos (salvo a balón parado) se esperaba por la aportación de los nuevos futbolistas y, salvo en el caso de Lopo, que estaba en el palco, el resto de jugadores recibieron la bienvenida de su nuevo campo ya que, dos de inicio, y dos en los cambios, estuvieron sobre el verde del estadio coruñés.
Fernando Vázquez compareció en el terreno de juego con lo esperado, con lo poco que —dadas las ausencias— tiene en este momento para confeccionar un equipo. Álex en la defensa, Luisinho en el medio del campo, el debut de Rabello y el segundo partido de Salomao... Con estos mimbres el técnico puso en liza al que consideraba mejor once para este encuentro dentro de las pocas opciones para completar la convocatoria.
El Depor salió decidido, y más Salomao, quien protagonizó la primera jugada de ataque. Respondieron los catalanes con un disparo de Tanabe al minuto diez y, a partir de ahí, el encuentro se durmió. Hasta que en el 23 un cabezazo de Tamudo sacudió un poco el choque, las defensas se imponían a los ataques.
Con el Sabadell cortando el fútbol del Depor a base de faltas ‘tácticas’ era complicado jugar. Rabello recibía una y otra vez las embestidas de los rivales. Además los atacantes coruñeses caían en fuera de juego más veces en los primeros 35 minutos de encuentro que en los dos últimos partidos. La señal era inequívoca. Este Depor atacaba mucho más.
Sin embargo no se movió el resultado en los primeros 45 minutos. El equipo catalán, que había ganado sus últimos cuatro encuentros, sabía bien a lo que venía a jugar a Riazor. De hecho comenzaron la segunda parte de la misma manera que el propio partido, con otra falta sobre Rabello. Tantas acciones sancionadas se iban acumulando que, en el 48, el colegiado expulsó a Carlos Hérnández al ver la segunda amarilla. El técnico visitante realizó un cambio ‘ofensivo’ al apostar por más hombres en el medio del campo y el Deportivo esperó al nuevo posicionamiento de los catalanes. En el 54, una jugada por la banda izquierda acaba en los pies de Salomao, que esperaba en la parte diestra del área. Con su pierna buena chutaba raso, ajustado al palo, y ponía el 1-0 en el marcador entre la alegría de la parroquia deportivista. Llegar y besar el santo.
Siguió Rabello a continuación con su oferta de regates y su búsqueda constante de pases. En el 64 era Crespí quien la mandaba alta sobre la meta de Fabricio. Contestaba Salomao con un nuevo disparo que despejaba Nauzet a córner. En el 70 se equilibraban las fuerzas. Juan Domínguez veía la segunda amarilla en una acción con el juego detenido por desplazar la pelota. Diez contra diez y un mundo por delante.
Collantes, el rival más activo, probó fortuna en el 71 y 77 con dos disparos lejanos que hicieron suspirar a Riazor. En estos momentos Fernando Vázquez hacía sus cábalas y sus cambios. Dio entrada a Uxío y a Toché, pasando Álex a la posición de mediocentro, y Borja Bastón al banquillo. En el 80 Salomao realizó la mejor jugada personal del partido. Arrancó con la pelota pegada al pie, a lo Djalminha, hizo un cambio de ritmo y obligó a la parada del lucimiento al meta Nauzet. El segundo estaba cerca. Tan cerca como que en el 82 un balón ‘largado’ desde el lateral derecho blanquiazul volaba por todo el campo para caer frente a Toché. El ariete encaró, la pegó con la derecha y batió al arquero catalán por alto. La sentencia parecía clara pero, cómo no, a balón parado, a la salida de un córner, Tanabe hacía el 2-1. Una vez más había que sufrir. Sissoko entraba a continuación por Salomao, para el aplauso de la grada al portugués, y en una jugada en el descuento daba un balón para el 3-1 que Toché enviaba sobre el meta y Luisinho fuera. La ‘transfusión invernal’ ha dado el resultado esperado. Y ahora a por el Murcia.