“Tengo dos caras; en mi vida soy un chico muy formal, pero en el campo me transformo”

 Si hay un futbolista que representa la superación constante es Cezary Wilk. El mediocampista polaco, quien no se avergüenza a la hora de reconocer que posee un talento limitado, se ve obligado a no guardarse ni una gota de sudor en el entrenamiento diario para competir en una de las ligas más importantes del mundo.

- Le ha costado hacerse un hueco en el equipo, pero poco a poco tiene más presencia en el campo.
- Cierto. Cuando no estás en el equipo, tienes que entrenar muy duro todos los días y esperar tus oportunidades. Y eso es lo que he hecho.

- Medunjanin dice que es un placer jugar a su lado porque le hace el trabajo sucio, y eso le permite sentirse más libre y cómodo a la hora de crear.
- Haris juega mucho con balón, tiene mucha calidad y juega muy bien, mientras que yo juego más sin balón. Lo que hago es correr, porque cuando no tienes calidad, tienes que correr mucho más para ayudar al equipo. Creo que juntos jugamos más o menos muy bien.

- Forman una pareja muy compensada.
- Sí, pero solo hemos jugado cuatro partidos juntos y el fútbol siempre cambia, así que tendremos que seguir trabajando duro para que la pareja no se rompa en próximos partidos.

- En verano se especuló mucho con su salida. ¿Llegó a verte fuera del Depor?
- Nunca, porque el míster nunca me dijo nada de eso. Solo entrené y esperé que se desarrollara la temporada.

- Siempre arranca el curso en un segundo plano, pero al final acaba convenciendo al técnico. ¿Cuál es su secreto para conseguirlo?
- Soy una persona positiva. Cuando no juegas, no pasa nada, tienes que entrenar y saber esperar tu oportunidad. Si eres una persona positiva, todo acaba saliendo bien.

- Pero usted no vive solo de optimismo. También es un currante nato.
- Es que cuando no tienes mucha calidad, tienes que trabajar mucho más que otros jugadores.

- No tiene reparo en admitir tu falta de talento.
- Es evidente, pero suplo esa falta de calidad con corazón, energía, pelea y corriendo más que el resto. El mejor ejemplo de este tipo de juego sería Gennaro Gattuso.

- ¿Es su referente?
- Sí, es un poco el espejo en el que me miro, un futbolista que me gustaba mucho y que, sin tener calidad, consiguió ser importante en clubes muy grandes y en la selección italiana.

- Por su aspecto aniñado, nadie pensaría que luego, en el césped, es un auténtico ‘pitbull’.
- Sí, sé que engaño (se ríe). En Polonia siempre me han dicho que tengo dos caras porque en mi vida soy un chico muy formal y en el campo me transformo en otra persona.

- ¿Le gusta A Coruña?
- Es un poco pequeña, porque en Polonia vivo en una ciudad muy grande, pero me gusta mucho. Es una ciudad muy tranquila y que me permite estar a gusto con mi familia. Podría vivir muchos años aquí.

- Es bueno saberlo, porque su contrato acaba en junio.
- Sí.

- ¿No ha habido conversaciones con el club?
- De momento no, estamos esperando.

- Por sus palabras, parece que le gustaría seguir vinculado al Deportivo.
- Sí, claro, pero ya veremos lo que pasa, porque el fútbol da muchas vueltas, aunque yo aquí estoy muy contento.