Un tanto de M’Bia en el añadido da el pase a la final a un Sevilla agonizante

Un tanto de M’Bia en el añadido da el pase a la final a un Sevilla agonizante
Jonas (izda.) y Carriço disputan un balón aéreo efe

efe
valencia

Un gol de Mbia en el último minuto del tiempo añadido metió al Sevilla en la final y rompió el milagro que se había gestado en Mestalla ante un Valencia muy superior al conjunto andaluz y que se vio penalizado de la forma más injusta y cruel.
El Valencia no mereció el castigo. Jugó de forma inteligente ante un Sevilla muy apagado, que siempre estuvo a merced del juego que le propuso su rival, pero en la última acción del partido sacó petróleo y se coló en la final de Turín.
El Sevilla salió presionando muy arriba la salida de balón del Valencia buscando entorpecer la gestión de sus jugadas, pero los locales salieron con mucha intensidad y en pocos minutos se hicieron con el mando del partido, apoyados por una grada entregada.
A los veinte minutos, Feghouli encontró un corredor en el área sevillista y, tras un recorte, mandó el balón a gol por la escuadra del palo corto. Mestalla enloquecía al grito de “sí se puede”.
Pese al gol, el Valencia no enloqueció y siguió jugando con mucha cabeza, sin descomponerse en defensa y madurando con mucho sentido sus jugadas. El Sevilla comenzó a dudar y lo hizo más aún cuando minutos después, Jonas cabeceaba un gran centro de Bernat desde la izquierda, y pese a que Beto tocó el balón, este entró en la portería tras dar en el larguero.
Tan sólo habían transcurrido 25 minutos y el Valencia ya había empatado una eliminatoria que tenía muy cuesta arriba. La primera parte del milagro se había obrado. El Sevilla no se fue del partido y comenzó a acercarse con más peligro al área de Alves, que se mostró muy seguro, y a ocho minutos del descanso tuvo una actuación prodigiosa impidiendo un gol cantado de Reyes que dejó la eliminatoria en tablas a falta de la disputa del segundo tiempo.
En la reanudación, los valencianos siguieron a lo suyo, intenso en los duelos pero pausados en su juego, esperando su oportunidad y ésta llegó en el ecuador del segundo tiempo. Tras un saque de esquina, un balón rechazado llegó al área pequeña donde Mathieu fusiló a Beto y llevó a Mestalla a la locura.
Un saque de banda fue aprovechado por Mbia para cabecear y clasificar a su equipo.

Un tanto de M’Bia en el añadido da el pase a la final a un Sevilla agonizante

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