Sissoko, el último penitente

Sissoko, el último penitente
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a.p. 
a coruña

El Deportivo parece que sido objeto de un mal de ojo. Lo ha mirado un tuerto o al menos esa es la impresión a tenor de la plaga de lesiones que se ha cebado con el equipo de Fernando Vázquez en la recta final de la presente andadura liguera.
El último en caer fue el mediocampista costamarfileño Ibrahim Sissoko, quien tuvo que abandonar el entrenamiento de ayer por culpa de un pinchazo en los isquiotibiales de la pierna derecha.
El propio futbolista se marchó del césped de la Ciudad Deportiva de Abegondo con rostro de decepción y gestos de contrariedad, intuyendo una lesión que lo podría tener apartado en los próximos y decisivos envites del club en la Liga.
Los galenos de la entidad de la Plaza de Pontevedra han querido ser prudentes y emitirán hoy mismo un parte médico con el alcance de las dolencias del centrocampista, cuya presencia el sábado ante el Real Madrid Castilla está más que nunca en el alero.
La plaga de lesiones en el Deportivo dio inicio, desgraciadamente, el 3 de marzo con la rotura de ligamentos del extremo luso Diogo Salomao ante el Hércules, en un momento de la temporada en la que el lisboeta estaba siendo el más en forma de la plantilla.
El día 20 de ese mismo mes caía el delantero Toché, víctima de una rotura muscular que le llevaría a estar entre tres y cuatro semanas en el ‘dique seco’. 
El ex de Panathinaikos era el goleador de la escuadra entrenada por Fernando Vázquez, con unos registros más que meritorios de cuatro dianas en siete encuentros. 
Una lesión muscular de grado 1 en el recto anterior del cuádriceps derecho sigue apartándolo de los esquemas del técnico de Castrofeito.
Sin duda el pasado lunes se completó una jornada nefasta para los intereses deportivos del Depor, puesto que dos canteranos tan habituales como Álex Bergantiños y Pablo Insua se unían al parte de guerra y serán bajas seguras en los próximos partidos de la Liga, frente a Castilla, Recreativo y Mallorca.
El mediocentro de la Sagrada Familia tiene para al menos tres semanas de recuperación, con un percance muscular de grado 1 en el bíceps femoral derecho, mientras que el central de Arzúa estará un mes KO por una rotura muscular de grado 2 en su cadera derecha.
Ayer mismo la gota que colmó el vaso del infortunio fue la marcha antes de tiempo de Ibrahim Sissoko del entrenamiento matinal en Abegondo.
Mientras el entorno deportivista reza para que el costamarfileño no padezca ninguna dolencia de importancia, lo cierto es que los síntomas que experimentó sobre el terreno de juego no son ni mucho menos halagüeños y su participación frente al filial madridista es muy dudosa.
El cuerpo técnico de Fernando Vázquez tendrá que ingeniárselas para recomponer un once masacrado en una plantilla masacrada por los contratiempos físicos.
El Depor tendrá que recurrir a su limitada amplitud de vestuario para sobrellevar una situación que en cualquier otro club hubiera supuesto un drama.
Hombres como el internacional polaco Wilk, un campeón de Europa como Antonio Núñez o un experimentado uruguayo como Diego Ifrán están llamados a gozar de minutos importantes para el despegue del club en Segunda División.
Todo ello unido al retorno de uno de los futbolistas más competentes del equipo, el portugués Luisinho, que quiere redimirse ante la afición de los cuatro encuentros de sanción que ha tenido que cumplir después de haber sido expulsado ante el Hércules. Su regreso es de las pocas noticias positivas de la semana. n

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