Se aferra a la vida

Se aferra a la vida

El Deportivo se aferra al sueño de la permanencia a costa del colista, al que prácticamente condenó anoche a Segunda División con la que fue la primera victoria de los blanquiazules de la ‘era Seedorf’ y también el primer triunfo del equipo después de quince jornadas sin conseguirlo (la peor racha de la historia de los coruñeses en la categoría de oro).

Han tenido que transcurrir casi cuatro meses (desde el 9 de diciembre) para sumar tres puntos de una tacada por fin y que el deportivismo se haya contagiado de la sonrisa eterna del técnico holandés, quien no ha perdido su optimismo ni en los momentos más complicados. La permanencia sigue estando complicada, pero al menos los blanquiazules se han puesto a cinco puntos del Levante, que mañana recibe a Las Palmas.

El neerlandés dio continuidad al once que hace una semana desplegó un gran juego en el Wanda Metropolitano, pese a la derrota con el Atlético de Madrid, con el único cambio obligado de Fernando Navarro en el lateral izquierdo por el portugués Luisinho, que cumplió un partido de sanción por acumulación de tarjetas.

Zarpazo inicial
Cuando solo habían transcurrido cinco minutos, Lucas Pérez, en una acción de pillo, engañó a Mateu Lahoz al simular un penalti en una pugna con Ignasi Miquel. Y el colegiado valenciano picó. Una de las pocas concesiones al cuadro coruñés esta temporada y que el propio delantero de Monelos se encargó de transformar. El ariete herculino volvía a ver portería después de una vuelta entera, ya que su anterior gol fue contra el Málaga en el partido disputado en La Rosaleda.

Paradójicamente, el 1-0, en lugar de tranquilizar los ánimos de los pupilos de Seedorf, les metió más el miedo en el cuerpo, desacostumbrados a verse por delante en el marcador en la presente campaña. Tanto, que incluso dio la sensación de que Rubén ya perdía tiempo desde el minuto 24 y el colegiado le dio un toque de atención.

Los de José González tampoco ofrecían una propuesta mejor. Falta de ideas en ambos equipos y demasiadas imprecisiones y balones largos en un partido dramático para coruñeses y andaluces.


Con el transcurso de los minutos, el cuadro coruñés fue diluyéndose (a una distancia abismal del juego que desplegó una semana antes en Madrid), mientras que el Málaga se fue adueñando del encuentro. Los andaluces tenían la pelota y poco a poco iban cercando la meta de Rubén.

En el minuto 41, Rosales efectuó un disparo desde fuera del área que terminó en córner. Y en ese saque de esquina, Guilherme, al intentar evitar que Rolan rematara a placer en el área pequeña, envió el balón al fondo de su propia portería.

La segunda parte arrancó con la entrada de Borges por Muntari y una ocasión clarísima del Deportivo cuando tan solo habían transcurrido dos minutos. Çolak colgó una falta al área malacitana, Albentosa la prolongó para Lucas y el delantero de Monelos sacó un zurdazo que Roberto envió a córner con una gran estirada.

Como ocurrió en el primer tiempo, se trató de un oasis en medio del despropósito local, cuyo juego se basó únicamente en enviar balones largos hacia Adrián y Lucas, buscando la espalda de los centrales del cuadro andaluz. Y la táctica salió bien en el minuto 62, ya que el punta asturiano consiguió plantarse solo ante Roberto, sin embargo, le pegó mal al balón y desaprovechó la oportunidad de adelantar a la escuadra blanquiazul en el marcador.

En el minuto 67, el cuadro gallego gozó de una nueva ocasión para tomar ventaja. Guilherme robó un balón a Lacen y sacó un obús desde la frontal del área, pero el esférico se estrelló en el poste.

El Depor recuperó la fe en el minuto 70. Çolak envió un balón al lateral izquierdo, Rosales falló al intentar despejar y el balón le quedó a Mosquera, que metió el pase de la muerte y Adrián no falló ante Roberto.

Pero la alegría tan solo duró tres minutos, los que tardó el conjunto andaluz en enmudecer Riazor. Un error defensivo entre Navarro y Mosquera permitió a Samu García centrar a placer desde la banda derecha y Rolan, que se anticipó a Rubén, hizo el 2-2. Un resultado que condenaba a los dos equipos a Segunda.

Vendaval blanquiazul
Pero cuando peor pintaban las cosas para los locales, apareció el rodillo blanquiazul. Eso sí, solo un instante antes, el Málaga pudo matar el encuentro a su favor por medio de un cabezazo de En-Nesyri que se estrelló en el larguero.


El susto enrabietó a los deportivistas, que se resistían a firmar su sentencia de muerte cuando aún restan por disputarse siete jornadas más. De esta forma, Lucas, en una gran acción personal, encaró al guardameta del equipo andaluz, pero no estuvo fino en la definición.


Quien sí supo aprovechar su oportunidad fue Adrián, que marcó el 3-2 y llevó la locura a las gradas de Riazor. Fue Çolak quien, de nuevo, inició la acción del gol. El turco, que ayer cuajó una actuación brillante, abrió el balón a la banda derecha para Borja Valle, el atacante de Ponferrada le dio la pelota al delantero asturiano y este ajustó el esférico donde no pudo llegar Roberto.

Con el tercer gol, Adrián, sus compañeros y todo Riazor estallaron en un grito único que representaba los cuatro meses de rabia acumulada por querer celebrar una victoria tan necesaria.

La salvación sigue estando complicada, pero los pupilos de Seedorf han demostrado que aún están vivos, que quieren seguir peleando y que piensan presionar al Levante hasta el último segundo.

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