Sagan defiende el arco iris en el desierto qatarí

Sagan defiende el arco iris en el desierto qatarí
Peter Sagan se impuso el año pasado en Richmond reuters



Nunca un Mundial de fondo en carretera había generado tanta desilusión. La polémica que rodea a la elección de Qatar como sede y un trazado totalmente llano han devaluado uno de los puntos más calientes del calendario ciclista. Las altas temperaturas registradas en el Golfo Pérsico han obligado a retrasar las fechas de los Mundiales y han amenazado con rebajar el kilometraje de la prueba reina, la que hoy se celebra bajo la lupa. Los velocistas son los grandes favoritos para vestirse el soñado maillot arco iris durante el próximo año. Y Peter Sagan afronta el reto de repetir título universal, algo que no consigue nadie desde que lo hiciera Paolo Bettini en 2006 y 2007.
La obsesión de Qatar por acoger eventos deportivos de gran calado no es una novedad. Los petrodólares empezaron por el tenis y el golf en los años 90; el desierto de Losail acoge un Gran Premio del Mundial de Motociclismo desde 2004; el atletismo y la halterofilia han celebrado sus Mundiales de pista en Doha; y lo que queda. El ciclismo, la natación, la gimnasia y la Copa del Mundo de fútbol en 2022 anticipan el viejo anhelo de los jeques: acoger unos Juegos Olímpicos.
Una parafernalia al margen del espectáculo, como se ha podido ver durante esta semana. En Qatar no hay afición por el ciclismo y los circuitos están completamente vacíos desde el lunes pasado. La pasta manda.
La prueba principal de ciclismo en ruta quedará totalmente deslucida por un trazado de 250km, los primeros 150 a través del desierto y los últimos 100 en un circuito de rotonda en rotonda bajo los grandes rascacielos de Doha. Solo el viento y el calor pueden evitar un sprint final.
En la línea de salida se encuentran todos los grandes velocistas del pelotón internacional. Destaca la selección alemana, que no viste el arcoíris desde 1966, cuando ganó Rudi Altig. En el equipo germano están Marcel Kittel, John Degenkolb y André Greipel, mucho gallo para poco corral. Como en Francia, que en el mismo ‘nueve’ cuenta con los archienemigos Nacer Bouhanni y Arnaud Demaré.
Colombia, que aspira al oro con el rapidísimo Fernando Gaviria –todavía sub23–; Gran Bretaña, con el rejuvenecido Mark Cavendish –ganó cuatro etapas en el Tour–; Bélgica, que rodeará a Tom Boonen con un potente equipo; o Italia, con los rápidos Elia Viviani y Giacomo Nizzolo, que rezan al dios Eolo, son algunos de los combinados con opciones en uno de los Mundiales más abiertos de la historia.
¿Y España? La baza es Juan José Lobato, impredecible y que llega bastante fresco tras un año marcado por las lesiones. A su lado estarán Carlos Barbero, Jonathan Castroviejo –bronce en la prueba contrarreloj–, David de la Cruz, Imanol Erviti, Omar Fraile, Luis Ángel Maté, Diego Rubio y Fran Ventoso.
En la prueba femenina celebrada ayer ganó la danesa Amalie Dideriksen y la española Sheyla Gutiérrez acabó en un meritorio octavo puesto.

Sagan defiende el arco iris en el desierto qatarí

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