10º-19º
jueves | 18 abril | 2024
Rubén Blanco, portero del Celta de Vigo, destacó “la “intensidad” de los primeros días de trabajo del técnico argentino Eduardo “Chacho” Coudet, quien le recuerda, por su forma de entrenar, a su compatriota Eduardo Berizzo.
“Quizás a todos desde que llegó el nuevo entrenador nos ha venido a la cabeza una etapa muy bonita como la de Berizzo. Quizás se asemeja un poco a lo que nos pedía, pero no tenemos que comparar. Cada jugador es cada jugador y cada entrenador es cada entrenador”, comentó el meta.
Rubén Blanco no ha querido comparar el método de trabajo de Coudet con el de Óscar García Junyent porque “cada uno tiene sus ideas y sus matices”, aunque sí señaló que el argentino les ha pedido “intensidad, valentía y que tengamos una idea clara”.
“Han sido buenos días de trabajo. Estamos trabajando mucho con balón, pero también estamos corriendo bastante”, subrayó el cancerbero gallego, quien confirmó que Hugo Mallo recuperará la capitanía tras la salida del entrenador catalán, quien se la había retirado por cometer, a su juicio, varios actos de indisciplina.
“Nosotros a principio de cada temporada decidimos entre todos los compañeros quiénes son los capitanes y este año no ha sido diferente, así que por nuestra parte está solventado el tema”, manifestó.
Coudet insistió durante la sesión de ayer en en el trabajo ofensivo, con ejercicios muy dinámicos centrados en la finalización de cara a portería.
A cuatro días de su debut como técnico celeste –sábado a las 18.30 horas contra el Sevilla–, y a la espera de que se incorporen los internacionales que han viajado con sus selecciones, el técnico argentino trabajó la posesión y el remate en una sesión que se alargó hasta casi las dos horas.
Insistencia
Muy insistente en cada movimiento, Coudet situó a sus futbolistas por su demarcación en el campo en los ejercicios de ataque. Los centrales iniciaban las jugadas, los laterales buscaban centros en carrera y los delanteros y centrocampistas trabajaban la finalización.
Después, el sustituto de Óscar García dividió a la plantilla en tres grupos para disputar un partido en dimensiones reducidas, con la obligación de jugar a un toque.
“Velocidad, quiero velocidad e intensidad”, gritó Coudet durante el entrenamiento, seguido por el presidente Carlos Mouriño, el director general Antonio Chaves y el director deportivo Felipe Miñambres.
