Romay salva los muebles

Romay salva los muebles
Romay, que entró en la segunda mitad, presiona al local Maceira | jorge meis

El Fabril es un dolor de muelas para los grandes de la categoría. Ya lo demostró en su debut ante el Fuenlabrada. Y ayer lo ratificó en A Malata. El filial ganó la anunciada batalla por la posesión, dominó y llegó con más peligro al área rival. Le faltó pausa en el último pase y claridad en la finalización. Romay, como la pasada semana ante el Sanse, revolucionó al Fabril con su entrada desde el banquillo. Y además ejerció de salvador. Firmó el empate, un resultado más que merecido.
Cristóbal Parralo apostó por un once con variaciones. Repitió Álex Cobo en la portería –llama la atención la ausencia de Francis–, custodiado por Blas en el lateral derecho, Raúl González –relevo de Quique Fornos– y One en el eje de la defensa y Diego Caballo –sustituto de Lucas– en el perfil izquierdo. En el mediocentro formaron Edu y Carlos López –en lugar de Queijeiro–. No hubo cambios de tres cuartos para delante: jugaron Borja Galán en la derecha, Martín por dentro, Óscar en la izquierda y Uxío arriba. El Racing clavó un 4-2-3-1 y trató de discutir la posesión al filial. Fue una guerra perdida casi desde el inicio, cuando un robo en campo contrario propició la primera gran ocasión. Caballo presionó alto, Edu encontró el balón y asistió a Uxío. El punta, en posición franca de disparo, se encontró con un inconmensurable Jacobo Trigo al corte.
El Racing sufrió por las bandas. Aitor Pascual, en la derecha, y Maceira, por la izquierda, se vieron superados por Óscar y Borja Galán. Por suerte, los dos extremos se precipitaron en la toma de decisiones final. Si los locales lo pasaron mal con el campo abierto, el filial agonizó en la defensa del balón parado. En el primer saque de esquina a su favor, el Racing abrió la lata. Mendi cabeceó picado tras el lanzamiento de Pablo Rey. Algo más pudieron hacer Raúl y One en la marca.
Armental, también con la testa y desde el pico del área en otro córner de Pablo Rey, asustó de nuevo al Fabril. El filial pisó área rival en una decena de ocasiones, pero le faltó claridad en la toma de decisiones y acierto en el remate. La más peligrosa, sin embargo, fue para el capitán local en un mano a mano que Cobo salvó milagrosamente con un pie.
El panorama no cambió tras el descanso. El Racing trató de atar en corto a Óscar y a Borja –Tena relevó a Pascual, amonestado, por Aldalur, que también acabó con amarilla– sin éxito. El gran cambio del partido se produjo con la entrada de Romay. Es un jugador diferente, talentoso, capaz de pausar el tiempo o cambiar de ritmo. El mediapunta malpicán, que sustituyó a Carlos López, obligó a un cambio de sistema con cuatro mediapuntas. Los mejores minutos del filial coincidieron con él y Bicho, que regresaba a Ferrol vestido de blanquiazul, sobre el césped.
El Racing aprovechó el paso adelante del Fabril y pudo sentenciar con un gol anulado a Fran Sota por supuesto fuera de juego. Fue la segunda decisión comprometida del colegiado, que pudo expulsar a Galán y Maceira. A 12 minutos del final empató Romay al aprovechar un balón muerto en un córner de Óscar. El 1-1 hacía justicia. La remontada estuvo en las botas de Uxío, que disparó al lateral de la red. El Fabril se crece ante los grandes. l

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