Un punto a base de sufrimiento

Un punto a base de sufrimiento
El larachés Rebolo se lanza al césped para intentar cortar un avance del centrocampista del Pontevedra Mouriño raúl lópez

 

Como ese que espera a que le quiten, de una sola tirada, una buena fracción de esparadrapo o como ese otro que trata de que su familia llegue a fin de mes, el Laracha apretó los dientes para morderle un punto al Pontevedra.
Solo el factor campo y la motivación extra de jugar ante el imponente Pontevedra jugaba a favor del Laracha. Enfrente, el nuevo equipo de Luisito, ese que siete días antes le ganó (1-0) al Boiro en Pasarón.
El Pontevedra exhibió en el Municipal da Laracha su versión más directa. Luisito otorgó al joven Kevin Presa la responsabilidad del equilibrio. Lo situó entre las dos líneas de cuatro; la de defensas –sin sorpresas– y la de centrocampistas –con Pedro García y Mouriño en zonas interiores, Centrón en la izquierda y Jorge Rodríguez (incómodo o lo siguiente) en la derecha–. Pablo Carnero, del minuto 1 hasta el 90, la pieza más avanzada del equipo visitante y el destino principal de todos los balones aéreos.
Enfrente, un Laracha con una novedad destacada en el equipo titular. Brais fue el delantero centro, Alberto Vía vio la primera hora de partido desde el banquillo y Miguel Taibo –el punta habitual– lo presenció desde la grada (baja por decisión técnica). Óscar Martínez entró al once inicial, pero no lo hizo en la mediapunta; primero jugó en la izquierda, más tarde en la derecha –alternó con Dani Bea–. Denis, el mejor del Laracha junto al propio Óscar, ocupó su lugar habitual, justo por delante de Élmer y Rebolo.
Entre pelotazo y pelotazo, llamó la atención la fuerza de Pedro García y la desidia de Jorge Rodríguez, (de)caído en la banda derecha. El Laracha, bien plantado, no sufría en exceso y, con el paso de los minutos, comenzó a plantearse más seriamente el tuteo a todo un Pontevedra. Óscar Martínez, el más descarado de los locales, cambió el ritmo para, en la esquina derecha, descomponer a Feito. ‘La Magia’ recortó y no tuvo reparo en sacar un centro con la izquierda. Su golpeo, tan extraño como peligroso, llevó el balón al segundo palo y, posteriormente, al corazón del área pequeña, donde apareció Denis para fallar la mejor ocasión del Laracha en todo el partido. Edu (min.31) salvó al Pontevedra en una acción a bocajarro.
El 4-1-4-1 del Pontevedra no funcionaba y Luisito activó un ‘plan B’ antes del descanso: 4-4-2 en rombo. Carnero dio la mano a Jorge Rodríguez para que fuese su pareja en la delantera. Kevin siguió de pivote, Centrón en la izquierda, Mouriño en la mediapunta y Pedro se desplazó al costado derecho que dejó huérfano Jorge. Precisamente, estos dos fueron protagonistas del único gol del partido. Un centro de Pedro desde la derecha encontró el pie de Jorge para enviar el balón a la red. El árbitro invalidó la acción por fuera de juego. Poco después y justo antes del descanso, Carnero, de cabeza, ante la salida en falso de Paco, falló otra clara. El Pontevedra había reaccionado.

MÁS RETOQUES
Con el inicio del segundo tiempo, se comprobó que Luisito había hecho un nuevo retoque durante el descanso. 4-4-2 con Kevin y Pedro en el medio; Mouriño en la derecha y Centrón en la izquierda, con los dos puntas que acabaron el primer tiempo. El Laracha, con su esquema habitual, tuvo que apretar los dientes en los primeros minutos del segundo período. Sin llegar a finalizar muchas jugadas, el Pontevedra se plantó en campo contrario y se propuso no salir de él. Así hasta que el Laracha se sacudió el dominio del rival y amenazó, primero con un tiro de Óscar desde la derecha y más tarde con uno de Antonio que salvó Mouriño en el área pequeña.
El Laracha notaba como, poco a poco, se le agotaba el combustible. El Pontevedra no sufrió ese problema. Es más, ganó con un doble cambio: Centrón y Jorge, fuera. Luisito apostó por el juego exterior para hacer daño al equipo de Ambrosio. Benja, en la izquierda, desafió a Fandiño; Tubo, en la derecha, superó y hasta tiró a Pablo Vidal.
El propio Tubo se atragantó con la ocasión más clara del partido. Tras una acción en la que Capi reclamó penalti, Tubo cazó el balón en el punto de penalti, libre de marca. Incomprensiblemente, se exigió ajustar en exceso y el balón chocó con el hierro.  
Casi sin energía, el Laracha resistió el último cuarto de hora. Apretó los dientes, no se entregó y salvó un punto ante el Pontevedra a base de sufrimiento.

Un punto a base de sufrimiento

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