Pesadilla en San Ignacio

Pesadilla en San Ignacio
víctor intenta controlar el balón ante la presión de un jugador local alfaquí

Hay pesadillas y pesadillas. Hay pesadillas cortas, pero intensas (esas de las que te despiertas de sopetón); hay pesadillas de ciencia ficción, hay pesadillas que te hacen sudar y también hay pesadillas que no consigues abandonar. El Fabril vivió ayer la suya particular, la más triste: un sueño que te ilusiona, te hace sonreír y que, al borde del amanecer, se convierte en la pesadilla más dolorosa. El filial del Depor saboreó el ascenso a Segunda B durante más de 80 minutos, pero El Palo aprovechó todas sus armas para ganar por 2-0 y anular las esperanzas coruñesas en una inolvidable pesadilla en San Ignacio.

El Palo hizo todo lo posible para intentar dar la vuelta a la eliminatoria. Sobre el campo, fue superior al filial del Deportivo. Con Adrián y Teles en el banquillo, dos novedades en la línea defensiva titular con respecto al último partido: Ángel en el lateral izquierdo y Marcos Caridad al lado de Insua y Uxío. Devesa innovó. Jugó con tres centrales y dos carrileros: Lemos en la derecha. Vela adelantó su posición, partió del ala derecha en una línea de tres mediapuntas (con Romay y Víctor) por detrás de Luis.
Como pasó en Cornellá y dos semanas después en Tuilla, al Fabril le costó adaptarse a unas condiciones poco propicias. Como novedad con respecto a las eliminatorias anteriores, el equipo aguantó sin encajar hasta el descanso. A base de saques de banda, córners y empuje, El Palo generó ocasiones para tomar ventaja. Un gol anulado, un disparo de Javilillo al cuerpo de Marc y una volea de Francis Flores desde la frontal que salió lamiendo la escuadra fueron las ocasiones locales más claras en el primer tiempo. El Fabril no dio muestras de vida hasta los últimos diez minutos. Un cabezazo de Sidibé a centro de falta de Víctor y un disparo del propio Víctor, además de un fuera de juego de Vela (solo en el pico del área), las únicas llegadas al área rival.
El desparpajo que le faltó al Fabril antes del descanso apareció como por arte de magia en los primeros compases de la segunda mitad. Dos zarpazos de Lemos por la banda derecha provocaron el miedo local. Primero se equivocó al no tirar a puerta y poco después finalizó con la izquierda. Luis también encontró el espacio. En una de sus pocas conducciones consiguió plantarse dentro del área. Disparó con la izquierda y obligó a Loren a intervenir despejando a saque de esquina.
Si el Fabril salió vivo del primer tiempo, El Palo lo hizo de los mejores minutos coruñeses en todo el encuentro. Defensivamente, los jugadores del filial estuvieron demasiado cerca de Marc. El ‘modo escudo’ resultó ser una peligrosa arma de doble filo.
El Fabril tuvo que defender un total de quince córners, uno de los puntos fuertes de El Palo. Jugar con fuego una y otra vez suele acabar en quemadura. Minuto 60, saque de esquina de Julio desde el costado derecho y cabezazo de Jesule al fondo de las mallas.
Si San Ignacio era una olla a presión desde el pitido inicial, ¿qué decir con un gol local? Equipo y afición se lo creyeron y se lanzaron a por el segundo. Agresividad y fe locales ante debilidad y dudas visitantes. Combinación peligrosa para el Fabril. En cambio, tanta aceleración le sentó mal al equipo andaluz. Una brutal y vergonzosa agresión de Igna a Luis (con los tacos de la bota a escasos centímetros de sus ojos) dejó a El Palo en inferioridad numérica la última media hora.
El Fabril no sacó partido a la superioridad y El Palo no se planteó las consecuencias de un contraataque mortal. El conjunto local tenía una fijación con la portería de Marc y no paró hasta perforarla una vez más, la definitiva. Saque de esquina desde la izquierda, balón a la zona de rechace y disparo raso de Ismael. El cuero superó todo el barullo ‘post-córner’ y acabó en la red.
Desde ahí, minuto 82, hasta el 97, de todo menos fútbol. Balones al campo (hasta cuatro a la vez), espontáneos con el chándal de El Palo interrumpiendo el juego, amago de suspensión por parte del árbitro y un espejismo (cabezazo de Dani Iglesias fuera). Fue la pesadilla de San Ignacio.

Pesadilla en San Ignacio

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