Pesadilla antes de Navidad

El Leyma Natura cerró de la peor manera posible 2012, uno de los mejores años de su historia, con una sonrojante derrota en la cancha del Ourense, después de 40 minutos de despropósitos.

Los pupilos de Antonio Herrera nunca estuvieron en el partido, a pesar de su notable superioridad, empezando por el físico, sobre los de Rafa Sanz.

Un parcial de salida de 5-0 dibujó un esbozo. El segundo lo trazaron dos ‘alley-oop’ seguidos de Ogide ante la pasividad de los naranja y el tercero un triple de Kedzo, más solo que la una en la frontal del arco (14-5).

El Leyma no defendía y, para colmo de males, no aprovechaba las continuas segundas opciones en ataque que le regalaba su tiranía reboteadora (12-6 en los 10 primeros minutos). Tan solo Kale, muy superior a Ogide, hacía algo en el aro rival, mientras que Zengotatibengoa andaba completamente perdido. Resucitó en el último segundo para clavar un triple (16-13).

Un 2+1 de Kale abrió el segundo acto, seguido de una canasta de Alonso que le dio a los visitantes la que a la postre sería su única ventaja (16-20). Puro espejismo. El COB, que se pasó los casi cinco primeros minutos sin anotar, lo hizo de golpe: parcial de 8-0. El Leyma había desaprovechado miserablemente la peor crisis local.

La irrupción de Serrano, un pívot suplente muy escaso de talento, lanzó en el marcador al ‘farolillo’ rojo, que llegó con una renta de siete (31-24) al final de una primera parte de puntos con cuentagotas y errores a garrafas, en la que el Leyma consiguió el mismo número de puntos que de rebotes. Desolador.

El arranque del tercer cuarto no mejoró el cuadro (38-26), aunque cuando el Leyma se acordó de defender firmó un parcial de 0-8 que le devolvió al encuentro (40-36), pero un triple –punteado– de Rai López inició otra fase de oscuridad visitante que se extendió hasta los compases iniciales del último (53-41).

Kale seguía siendo el soporte del Leyma, mientras que Zengo y Suka-Umu se perdían –y perdían balones– en acciones individuales suicidas. Así, la ventaja del COB, que superó sin problemas la presión casi desesperada del equipo herculino, fue creciendo lenta pero seguramente, hasta alcanzar, varias veces, una máxima de 15 puntos.

Un taponazo de Kale a Ogide ejemplificó a la perfección lo que fue el partido: las ganas vencieron a la desidia.