Pacífico bocinazo final

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El Basquet Coruña baja esta noche el telón de una campaña decepcionante, marcada por las lesiones pero también por unos altibajos de difícil comprensión. Lo hace en la pista del colista –descendido desde la jornada 32–, un Araberri que tampoco ha escapado de los problemas.

La única buena noticia para el conjunto victoriano es que su base, el pequeño (1.63 metros) Junior Robinson, será el máximo anotador del curso. El ex de la universidad de Mount St. Mary’s está promediando  19.3 puntos, tres más que el segundo, el alero Steve Vasturia (Palencia).

Siete jugadores
Su compatriota Niksa Federico (10.9) y el escolta Mathieu Kamba (12.6) han sido los otros referentes ofensivos del Araberri, pero el primero lleva semanas fuera por lesión. Lo mismo que el ala-pívot Marcos Portález. La pasada jornada cayó en Ourense (65-58) en un partido donde Manuel Povea solo pudo contar con siete jugadores, todos ellos nacidos fuera de España. Hoy podría echar mano de los canteranos Ander Carnicero y Julen Landaida, este duda por lesión.

Povea llegó al banquillo a finales de enero, en sustitución de Antonio Herrera. Y no ha mejorado los números del ex del Coruña: una sola victoria en los trece partidos que ha dirigido, mientras que el andaluz ganó seis de los veinte en que se sentó en el banquillo.

El Araberri es el peor equipo de Oro en puntos encajados (82.3), tiros libres (66.7%) y asistencias (11.3) y el segundo con menos puntería desde el arco (30.2%). Sus únicos puntos fuertes son los lanzamientos de dos (48.5%) y el rebote (34.2), únicas facetas en que supera a la ‘marea naranja’.
Un conjunto herculino que no podrá contar con Quinton Stephens, operado el pasado martes de un arrancamiento del tendón rotuliano de la rodilla izquierda.

Últimos minutos
Gustavo Aranzana, cuya continuidad en el equipo sigue siendo una incógnita, podrá disponer del resto de la plantilla, incluido Sergi Pino, que reapareció una semana antes de lo previsto, tras sufrir un desprendimiento de retina. Lo hizo el pasado viernes, en el triunfo contra el Huesca (86-74), y además a buen nivel.

El del veterano alero catalán será, casi con total probabilidad, su último partido de naranja, ya que ha revelado la intención de jugar sus últimos años cerca de casa.  Y no será la única despedida, si nos atenemos a la historia de reconstrucción anual en verano –rara vez ha podido, por diferentes causas, conservar ni a la mitad del plantel– del Coruña. 

Una despedida múltiple, sin nada más en juego que la honra de  un triunfo que no cambiará en nada la nota final de ambos equipos, tal vez más previsible la de un Araberri que ha vivido dos últimos veranos caóticos.

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