Oportunidad para soñar

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La escuadra blanquiazul no tiene nada que perder y sí mucho que ganar ante un rival tremendamente superior, que atraviesa su mejor momento de la temporada. Los ‘blaugranas’ encadenan seis victorias consecutivas en Liga, lo que les ha permitido limar la desventaja que tenían en la clasificación con el Real Madrid, encaramarse al líderato de forma provisional (el equipo blanco tiene un encuentro menos) y depender de sí mismos para revalidar el título.

Además, el pasado miércoles los catalanes consiguieron uno de los mayores hitos en la historia de la Champions League al levantar el 4-0 encajado en la ida de los octavos de final en París, endosándole un 6-1 al equipo de Unai Emery en el Camp Nou, con tres goles en los últimos siete minutos del duelo.
La gesta ha reforzado la moral del barcelonismo, que sueña con que Luis Enrique, que hace una semana anunció que dejará el club azulgrana cuando finalice la temporada, cierre su ciclo con el triplete (Liga, Champions y Copa del Rey). Los culés, por tanto, llegan exultantes a A Coruña pero, a la vez, desgastados por el enorme esfuerzo ante el PSG.

Otra buena noticia para el Deportivo es la ausencia de Neymar y Rafinha. El delantero no ha entrado en la convocatoria debido a unas molestias en el aductor de la pierna izquierda, mientras que el mediocampista no ha viajado a tierras herculinas a causa de una gastroenteritis.

La presión debe ser para el conjunto catalán, que se juega la Liga y visita un estadio al que le tiene cogida la medida, ya que ha ganado en sus cinco últimos compromisos en A Coruña, en los que ha sumado una media de 4,8 goles por encuentro.

Riazor también es uno de los escenarios preferidos de Leo Messi, que lleva diez goles en el feudo blanquiazul.

La escuadra coruñesa, por su parte, ha realizado un enorme esfuerzo en las dos últimas semanas, después de disputar tres encuentros en apenas siete días, ante el Atlético de Madrid, el Sporting de Gijón y el Betis.

Tres partidos que han servido para cambiar la dinámica de una ‘nave’ que, con Gaizka Garitano, navegaba a la deriva y que, desde la llegada de Pepe Mel, ha recuperado el rumbo.

El técnico madrileño tomó las riendas del Depor después de que el conjunto herculino perdiera cuatro partidos consecutivos y sumara tan solo tres puntos de los últimos 21.

Pero la presencia del nuevo estratega provocó una reacción inmediata. El cuadro deportivista empató en casa con uno de los equipos más difíciles del campeonato, el Atlético de Madrid, además, exhibiendo una intensidad que no había mostrado en todo el curso (1-1); estrenó su casillero de victorias a domicilio imponiéndose en Gijón (0-1); y sumó un nuevo empate en Riazor ante el Betis (1-1), en el partido aplazado por el temporal.

Los herculinos acusaron el esfuerzo de jugar tantos encuentros seguidos y acabaron extenuados. La exigencia del calendario, además, provocó un bajón importante en el juego, tanto en El Molinón, como en el duelo con el conjunto que dirige el exdeportivista Víctor Sánchez del Amo. Pero el Depor supo resolver sus tres compromisos y hacer lo que no lograba con Garitano, puntuar.

La reacción, aunque no suficiente como para poder relajarse, ha permitido a los coruñeses tomar una pequeña ventaja sobre el descenso y afrontar el choque de hoy sabiendo que el duelo realmente importante es el del próximo domingo, contra el Celta de Vigo.

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