Nula resistencia

Nula resistencia
Lux y Mosquera se lamentan, mientras que Rafinha celebra uno de los dos goles que marcó ayer albert gea



Esperaba el deportivismo más fuerza de los suyos, más poderío ante el campeón de Liga, pero el conjunto blanquiazul no pudo oponer resistencia, se vio superado en casi todo el encuentro por un Barcelona que hasta jugó a medio gas y no salió con más goles del Camp Nou porque Lux afinó un poco en las postrimerías del encuentro y los culés desviaron un tanto su mirilla.
El choque era complicado. Ya se sabía. Pero quien más y quien menos aguardaba un Depor más corajudo. Eso sí. En el Camp Nou, como hagas alguna falta de más, te marchas a la calle. Ayer el colegiado –casero– no se cortó ni un pelo a la hora de mandar a Laure a la caseta con tarjeta roja. Es lo que tiene jugar en los campos de los más potentes.
El Depor salió más o menos como se esperaba, pero todo se torció pronto. El Barcelona avisó a los siete minutos con una clara ocasión de gol y los blanquiazules recibieron el mensaje.
Se estiró el once de Garitano y hasta pisó el área rival en estos primeros compases, pero con nula efectividad y con los pocos disparos efectuados sobre la meta de Ter Stegen muy desviados. Probó fortuna Andone superado el cuarto de hora y la respuesta del Barça fue el 1-0, tanto obra de Rafinha después de un fallo defensivo y una mala parada de Lux.
Corría el minuto 20 y los planes se venían abajo. Máxime ocho después, cuando Sidnei tenía que abandonar el terreno de juego por una lesión que trastocaba todavía más el guión que había trazado Garitano.
Con los contratiempos a la espalda el Depor intentó no salir del partido, no encajar más, pero Rafinha volvió a ser letal a los 35 minutos al rematar una acción en la que Piqué había enviado un cabezazo que rechazaba Lux. Aun así se mantenía un halo de esperanza si se conseguía mantener el marcador, incluso con dos goles en contra, pero el baño de realidad llegó en el 43, con el 3-0 obra de Luis Suárez. La defensa coruñesa no era capaz de frenar al ataque barcelonista, que finalizaba la primera parte con un balón del propio Suárez al poste.
Tras el descanso la situación era evidente. ‘Que no nos metan más y a ver si metemos uno’. Pero la suerte estaba ya echada. Los entrenadores buscaron sus banquillos para dar oxígeno a sus hombres más cansados y, en el caso del técnico deportivista, para intentar cambiar la corriente del choque.
No se consiguió. El Barcelona siguió jugando por momentos a placer, el Depor defendiéndose como podía y el público aplaudiendo el regreso de Lionel Messi, que en el minuto 51 entraba en el campo después de haberse recuperado de su lesión ante el atronador griterío del Camp Nou. Y llegó, y besó el santo. No en vano es el ‘antidepor’, el tipo que le ha marcado más goles al Depor en toda su historia, con el de ayer, 17 en 14 partidos. A los cuatro minutos de estar en el campo recibió un pase de Neymar y batió desde el flanco a Lux para establecer el que sería el definitivo 4-0.
El choque llegaba a la hora de juego absolutamente sentenciado, con el Barcelona buscando el quinto. En el 64 Laure se iba a la caseta con cartulina roja directa por un codazo a Neymar muy exagerado. Con amarilla hubiera bastado, pues en el bando contrario Luis Suárez hizo lo mismo con Arribas y ni tan si quiera se señaló la falta.
Con diez y pocas ganas de nada el Deportivo aguantó las últimas bravatas locales, que no tuvieron la definición del principio, y el encuentro fue llegando a su fin poco a poco, sin un atisbo de ataque herculino y con una patente superioridad barcelonista. Y ahí caviló el deportivismo: ‘Lo mejor será olvidar el traspié y pensar en el Celta, en Balaídos, en el derbi y en conseguir una victoria’. Amén.

Nula resistencia

Te puede interesar