Sin ninguna noticia del gol

LEVANTE-DEPORTIVO: 0-0

El Deportivo fue incapaz de marcar en el campo del Levante después de superar de cabo a rabo a su rival, generar más fútbol y ocasiones de gol y controlar el encuentro casi en su totalidad.
Los de Víctor Fernández, con las bajas de Fariña, Postiga o Lucas, consiguieron hilvanar jugadas de ataque meritorias en campo hostil, pero –una de dos– o los futbolistas eligieron mal o no tuvieron fortuna ante la meta rival. Fue una lástima. El Levante se escapó vivo, como suele decirse de manera tópica después de este tipo de encuentros.
Con Fabricio muy seguro, Sidnei de mariscal en el área, Juanfran muy entonado y la movilidad de los hombres de ataque fue suficiente para superar al Levante en todos los aspectos. También en el banquillo, donde es justísimo reconocer el trabajo del técnico, que a los pocos segundos ya echó una bronca que sonó en A Coruña por dejar rematar a Barral dentro del área.
Fue esa la primera jugada del encuentro. A partir de ahí comenzó el monólogo gallego, ayer con su bandera en el pecho. A los cinco minutos José Rodríguez no puede centrar para Cavaleiro y Toché, que entraban solos en el área. En el diez ensayaba el luso en lugar de dar la pelota a uno de los flancos. En el 13 era Cuenca el que mandaba fuera en lugar de buscar a un compadre para celebrar una jugada de gol. Diez después el protagonista era José Rodríguez, que también se equivocaba de opción al mirar hacia delante y no a los jugadores que entraban por su vera.
El Levante contestaba a esta retahíla de acciones ofensivas con un remate de Simao que se marchaba fuera. Volvía Cavaleiro al monólogo visitante con un nuevo disparo en el 34; segundos después repetía con un balón que entregaba a las manos del meta local Mariño. En el 40 era anulado un gol de Lopo por fuera de juego. En el 45 Sidnei ponía el punto final a la primera parte con una nueva ocasión... Increíble acabar 0-0 al descanso.
Se reanudó el choque con una nueva opción del Deportivo. Cavaleiro y luego Toché tuvieron el gol en sus botas, pero el primero no acertaba en el remate y el segundo la daba al portero. En el 58 Cuenca escogía otra vez mal, al chutar en lugar de habilitar para Oriol Riera, recién entrado en el terreno de juego.
En el 70, después de un periodo en el que ninguno de los dos equipos creó peligro, Cavaleiro volvía a poner un nudo en la garganta a la parroquia local con una ocasión muy clara. Seguía intentando el Depor, dominando el choque. No obstante, las imprecisiones en los pases fueron nota dominante.
En el 78 un disparo de Cuenca acababa en córner. José Rodríguez probaba fortuna en el 84 pero su chut se perdía en las nubes. El Depor lo intentaba hasta el final, justo cuando en el minuto 87 el Levante tuvo una clara oportunidad de hacer todavía más injusto el resultado. El equipo no tuvo suerte, pero encajar en este partido hubiera sido para comprar amuletos.
Con el empate sin goles se llegó al final de uno de los mejores encuentros herculinos en cuanto a superioridad, aunque es menester redundar en el aspecto de elegir bien en las jugadas. Fue lo que le falló al equipo. Eso y la pata de conejo, porque el Levante tiene un punto en la clasificación absolutamente injusto. El Deportivo no da el salto esperado, porque se apostaba por la victoria viendo el crecimiento del equipo, pero al menos sigue destilando buenas sensaciones, bastante mejores que hace un mes y superiores a las de muchos de los equipos que competirán con el coruñés por evitar el descenso.
Dos puntos más que se quedan en el camino, como en otros choques en los que el cuadro de Víctor Fernández mereció más. Ahora, a pensar en el Barcelona. Quizá sea el mejor momento para recibir a los blaugranas en Riazor y enseñarles que este Depor ya no va de coña.