Ni para la promoción

Ni para la promoción
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El Deportivo acabó por desmoronarse, quedando a cuatro puntos de la promoción de ascenso y con Riazor despidiendo a los suyos entre silbidos al grito de ‘directiva dimisión’ entre otras lindezas.


El equipo compareció en el verde con la exigencia de la victoria para no verse alejado de las plazas de playoff de ascenso, la aspiración actual.

Para este estreno de Martí en A Coruña, el entrenador apostó por un sistema con dos mediocentros, uno defensivo, Didier Moreno, y otro más atacante, Edu Espósito. Jugó de inicio Vitor Silva, ubicado detrás de Quique, con Pedro y Borja por las bandas.

El Extremadura, como se esperaba, salió respondón al campo y presionó a los blanquiazules en el inicio del encuentro. A pesar de ello, a balón parado y en un pase vertical a Quique, fue el conjunto local el que comenzó intimidando la portería contraria sacudiéndose rápido el aparente dominio inicial visitante.


Parecía la tónica que podría emplear el partido como nota dominante, pero el conjunto de Manuel Mosquera volvió a presionar alto y, a partir del minuto diez, el Depor desapareció perdido entre errores y balonazos con poco o ningún sentido. El cuadro extremeño mantuvo el discurso y a los 23 minutos, en una jugada muy larga, con un balón centrado al que le defensa no llegaba, Olabe, entrando desde atrás, ponía el 0-1 en el marcador. Riazor casi parecía llorar ante el desaguisado viendo como su equipo se desintegraba poco a poco. 


Asumiendo la debacle y sin otra opción que atacar, el cuadro de Martí se puso a ello y gozó de una ocasión que acabó en las mallas, anulada por fuera de juego, y un disparo de Edu Expósito que se marchaba alto. Era un exiguo repertorio para contrarrestar el resultado pero por lo menos parecía que se daba un paso adelante. Superada la media hora llegaba otra buena opción que detenía Casto después de una jugada de Borja Valle. Mientras tanto, con oficio extremo, haciendo honor a su nombre, el equipo de Manuel Mosquera defendía sin contemplaciones.

A partir de esas jugadas de ataque coruñesas el contrario pasó al ataque y dispuso también de dos disparos lejanos que surcaron el cielo riazoreño sin peligro alguno.

La primera parte se fue apagando en el medio del campo, con el Deportivo jugando entre la ansiedad y el escaso fútbol que viene mostrando desde que empezó 2019. El equipo fue despedido con silbidos después de mostrar, una vez más, pocos o ningún argumento para ascender a Primera. La segunda parte aguardaba como una sentencia.

Cambio en vanguardia
Se reanudó el partido con un cambio en el Deportivo. Martí ubicó a un segundo delantero, Christian Santos, en vanguardia, por Vitor Silva.


El Extremadura mantuvo el guión porque le estaba saliendo bien e intentó no dejar pensar demasiado a los jugadores herculinos, presionando por delante del medio del campo, cerrando los pases a las bandas... Si a todo ello se le une el pésimo momento de juego a nivel colectivo e individual, la fórmula tiene un resultado claro. Sin fútbol no hay nada que hacer. Es absolutamente imposible. Ni jugadores tan talentosos como Quique eran capaces de hacer controles ‘normales’, nada del otro mundo. De hecho, a los 50 minutos el delantero pucelano gozaba de la mejor ocasión del partido y, lo que en otra tarde hubiera sido un gol, ayer se convertía en un balón que se marchaba a las nubes con la portería a escasos cinco metros.

Y si Riazor quería otra prueba de que el refranero se cumple casi siempre, en la siguiente ocasión del Deportivo, Didier Moreno mandaba la pelota a la madera del poste cuando se cantaba el empate en la grada. A perro flaco, todo son pulgas.

Porque en la siguiente jugada ‘cantó’ el que nunca lo hace. Después de una falta directa, en el rechace, Pardo conectaba un disparo fácil desde la frontal que Dani Giménez encajaba por debajo de las piernas. El mejor jugador de la temporada fallaba en el momento más complicado del campeonato, recordando a Riazor y a su dolida afición dónde está el equipo y adónde ha llegado después de una inestabilidad deportiva que ahora pasa una enorme factura.

Ofensiva total
Fede Cartabia entró en el campo por Eneko Bóveda y el Deportivo, con tres zagueros, pasó al ataque total sabedor de que poco tenía que hacer en el partido.


Con todo el corazón que le queda a este grupo se lanzó el Depor al ataque pero, en general, el fútbol combinativo continuó sin aparecer. Cuando lo hizo, persistió la mala suerte, como a los 80 minutos, en una nueva opción para Quique. Santos maquilló el resultado con un gol a los 89 minutos.

El partido acabó con la grada absolutamente desquiciada y la certeza de que también la promoción parece, ahora mismo, una utopía. La temporada comienza a ser larga y dura y puede ser mucho peor a tenor de la trayectoria de la nave, sin rumbo ni capitán.

Ni para la promoción

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