Medita el adiós de Cristóbal

Medita el adiós de Cristóbal
El barco del Deportivo va a la deriva y el presidente busca la forma de achicar agua después de haber encadenado decisiones erróneas | patricia g. fraga

El presidente del RC Deportivo, Tino Fernández, medita el adiós de Cristóbal Parralo. El jueves le ratificó públicamente y dejó una de esas frases lapidarias que le acaban pasando factura cuando vienen mal dadas: “pase lo que pase en Anoeta, Cristóbal seguirá”. Lo que pasó fue lo peor que podía suceder, una derrota humillante, un nuevo bochorno en una temporada para olvidar en la que el equipo va a la deriva y el dirigente busca la forma de achicar agua después de haber encadenado decisiones erróneas desde el pitido inicial.
Primero fue la continuidad de Pepe Mel desaconsejada por el entonces director deportivo del club, Richard Barral. Después, aceptar la confección de una plantilla que no cumplía la demanda del técnico y que, a simple vista, cojeaba en la portería. No cubrió ese puesto clave con garantías en verano y el paso de las jornadas descubrió más necesidades, como la del centrocampista defensivo.
Cambió al titular del banquillo a finales de octubre. Richard Barral volvió a sugerir, como otras veces, la contratación de Raúl Caneda, pero se la negaron de nuevo. Subieron a Cristóbal Parralo, avalado por su trayectoria en el Fabril y cuestionado por su experiencia como técnico (había sido jugador y director deportivo) en fútbol profesional (solo había entrenado nueve jornadas al Girona a finales de la década pasada en Segunda División).
Su trabajo no se ha traducido en resultados y, además, ha ido de más a menos. En los últimos siete partidos, ha encajado cinco derrotas, ha cedido dos empates y no ha logrado imponerse. En los trece encuentros que lleva en Primera División su balance es de dos triunfos, tres empates y ocho derrotas. No ha conseguido cortar la sangría ni ser ese equipo sólido que pretendía armar.
El nuevo año empezó con otro giro de tuerca. El club y Richard Barral separaron sus caminos. El director deportivo apostaba, tal y como explicó este diario en su momento, por otro cambio en el banquillo y reforzar de manera prioritaria la portería, abierto también a mejorar otras posiciones si se encontraba a alguien de garantías. No prosperó el deseo del director deportivo y con el mercado recién abierto, el club quedaba sin una cabeza visible en esa parcela; Tino Fernández se desprendía del escudo que le quedaba ante las críticas y Cristóbal reforzaba su posición. Esa es una de las claves para entender el debate interno del propio presidente tras el 5-0 de Anoeta: apostó fuerte por Cristóbal para el banquillo. Si le echa, admitiría su error.
El club llegó a ese partido con tres refuerzos invernales y una ficha libre por si el mercado de jugadores en paro ofrece alguna posibilidad de apuntalar el centro del campo con el mediocentro defensivo que no fue fichado en enero. Sí se reforzó el lateral derecho, fue incorporado un centrocampista ofensivo y aterrizó un portero que aún no ha debutado y que es toda una incógnita cuando debería haber llegado como un seguro para resolver los problemas del equipo en esa demarcación.
La goleada de San Sebastián, la fragilidad defensiva, la actitud de unos jugadores hundidos, que bajaron los brazos tras el 2-0... El cabreo del presidente, que acudió a Anoeta, era considerable. No se acercó a los medios de comunicación. En caliente, habría puesto punto y final en ese momento a la etapa de Cristóbal, pero prefirió analizar la situación, darle una vuelta, echar mano del teléfono para escuchar otras opiniones. En definitiva, meditar antes de decidir.
Todo apunta al adiós del técnico. El calendario también juega en contra de Cristóbal. Su sustituto tendría tiempo para preparar el partido con el Betis (día 12) y después las fechas se comprimen.

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