Más difícil todavía

Más difícil todavía
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La segunda batalla de semifinales se presenta, sobre el papel, todavía más dura que la primera. Porque en el duelo inicial el Leyma Basquet Coruña no solo acabó pagando el cansancio, también perdió para hoy a Ben Stelzer, mientras que Chus Castro, que ni tan siquiera llegó a saltar al parquet, es duda hasta última hora.
El ferrolano tiene una sobrecarga en un gemelo y el estadounidense se torció el tobillo izquierdo a los siete minutos del primer choque y ya no pudo volver a la pista. Pérdida de experiencia y versatilidad por un lado y de amenaza exterior por el otro, que, además, dejan muy tocada la defensa perimetral. Además, Sergio Olmos tampoco está completamente recuperado de sus molestias en un gemelo.
Dos enormes contratiempos para un equipo que necesita a todos sus efectivos para poder hacer frente a un gigante, y más cuando ha llegado a la cita sin tiempo para reponer las (muchas) fuerzas gastadas en la eliminatoria ante el Breogán.
Unas fuerzas que fallaron en el último cuarto de la primera comparecencia en el Javier Imbroda, lo que aprovecharon los locales para hacer sangre (33-21) en 10 minutos finales de tremenda desigualdad física que se notó en defensa, especialmente en la exterior, donde los visitantes no llegaron ni a molestar en los siete triples que anotó en este periodo (cuatro más que en los otros tres juntos) el Melilla. 
El conjunto herculino afronta este segundo capítulo en circunstancias muy parecidas a su predecesor: un día entre medias, aunque con la diferencia de que no hay un viaje de por medio. Aun así, no parece que sea suficiente para poder recuperar por completo la frescura. 
Tito Díaz debe buscar soluciones, prácticamente a contrarreloj, para evitar que el Melilla domine el rebote de la abrumadora manera que lo hizo en el primer partido: 38 (15 ofensivos) a 25 (9), con Edu Gatell y Brandon Edwards haciendo mucho daño con las capturas en el aro naranja. De ello dependerá, en gran parte, que Olmos se cuide de las faltas, un problema que le tuvo en el banquillo durante 17 minutos, bastante más de lo normal, minutos en los que la batería interior del Melilla mejoró su producción ofensiva. 
Frescura, rebote y defensa. Tres claves para que la ‘marea naranja’ pueda robar el factor cancha, garantizar dos partidos en Riazor y seguir soñando con alargar esta bonita historia 2015/2016.

Más difícil todavía

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