A mantener el buen rumbo

En Abegondo huele a fútbol de abolengo. Quizá porque el entrenador es un veterano de guerra o porque en el equipo hay ilustres futbolistas que dan un poso al plantel al combinarlo con la juventud canterana. El caso es que se respira un aroma especial, de trabajo, solidaridad, compañerismo, de todos los valores que debe transmitir este deporte.
Tras el entrenamiento de ayer los jugadores se marchaban rumbo a Miranda de Ebro en autocar. Buena predisposición ante las horas de viaje, listos para la pocha, dispositivos móviles con baterías cargadas y antes de salir, un recuerdo, una foto dedicada a Salomao. Este equipo es una familia. Fernando Vázquez tiene razón. Este plantel ‘levita’ por encima de los problemas.
Ha mantenido el rumbo en un mar que en ocasiones fue tempestuoso. ¿No lo es ahora, cuando acabas de perder de un plumazo la mejor banda izquierda de Segunda? Otros técnicos, llorones, estarían lagrimeando y sacando pecho a cada victoria, otros equipos buscarían excusas en la lista de inconvenientes que han pasado estos jugadores. Pero no. Aquí levitamos por encima de las adversidades.

una familia
Esta familia que es el Deportivo, cuyo vestuario en ocasiones parece más un grupo de amigos que llevan todo la vida juntos, ha ido superando las etapas hasta llegar al primero de los 14 partidos que conforman el último tercio de la Liga a base de los valores antes mencionados.
Perdió a Bruno Gama al principio de temporada. Consiguió mantener el nivel. Perdió a Culio en enero, aguantó el tipo hasta que llegaron los fichajes y ahora espera el encuentro de Anduva tras perder a Salomao. Ponga el lector una línea de tres por detrás de Toché con Bruno Gama por la derecha, Salomao por la izquierda y Culio en el medio. No es ninguna broma lo que se le ha ‘marchado’ a este equipo. Un ataque de Primera. Y para que la tormenta que toca atravesar sea completa, cuatro partidos a Luisinho. El Deportivo suda cada punto, cada victoria. No está para perder a futbolistas de esta manera pero los comités ‘malfuncionan’ con estas decisiones.
Amén del cabreo de Vázquez, mostrado hace un par de días en estas páginas y ayer en la rueda de prensa, poco más se ha dicho. No se ha perdido el tiempo en parlotear, se ha empleado para trabajar.
Durante la semana el entrenador ha movido las fichas que tiene y ayer volvió a hacerlo. El Depor saltará a Anduva, un campo con un metro más de fondo que Riazor con tres defensas centrales. A tenor de los cambios de esta semana parece que Lopo será el futbolista que se ubique en el centro de la terna, con Marchena en su flanco derecho e Insua en el izquierdo.
A partir de ahí la construcción del once depende de las ideas del técnico, ya que en la última sesión de trabajo probó con jugadores como Arizmendi o Antonio Núñez en uno de los equipos pero también con Juan Carlos (de los mejores la pasada jornada ante el Hércules) y Rabello.

espíritu depor
De cualquier manera lo que importa es el espíritu que esta escuadra muestra en cada envite. Por encima de bajas y problemas, el Deportivo siempre da la cara, durante noventa minutos, de principio a fin, y eso es lo que hoy se espera en Anduva. Una monumental pelea para conseguir tres puntos más en el duro camino del ascenso. Para mantener el rumbo en la dura travesía.
Viendo las imágenes del entrenamiento de ayer, las sonrisas y las bromas, se le da la razón al técnico blanquiazul cuando decía lo de “mi equipo es mi ídolo”. Se ha logrado algo muy importante, que el concepto de bloque prevalezca. Que por encima de todo se funcione en colectivo, lejos de las invidualidades.
Otro aliciente que los deportivistas tienen para conseguir la victoria estará tarde estará en la grada, donde unos 800 aficionados se dejarán la garganta para animar a los suyos en una nueva batalla en pos del ascenso.
Esquivando todos los obstáculos, saltando sobre las piedras, que decía Lux, sobreponiéndose incluso a los meses en los que los profesionales no cobraron, aquí está el Depor, enfilando el último tercio desde lo más alto de la clasificación en un puesto forjado a sangre y fuego.
Cuando el autocar salió de Abegondo parecía que iba, efectivamente, levitando hasta Miranda de Ebro, a un metro del suelo, por encima de todos los problemas. ‘Esto es el Depor’.

A mantener el buen rumbo

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