Una exhibición de tan solo 110 segundos de Zach Monaghan decantó a favor del Basquet Coruña un apasionante derbi ante un Ourense que dominó durante casi todo el partido y llegó a gozar de una renta máxima de 13 puntos, pero acabó rendido a los pies del mago de Illinois.
El vecino del sur demostró durante 35 minutos el porqué de su excelente racha –cinco victorias consecutivas–, cimentada en una defensa que a los de Gustavo Aranzana les costó Dios y ayuda descifrar.
La canasta inicial de Olmos dio paso a un 0-6 que dio al COB una delantera solo interrumpida, antes de la locura final, por el 15-13. Al Coruña, que comenzó cargando descaradamente el juego en el poste bajo, le faltaba continuidad y le sobraban errores en tiros cortos o directamente bajo el aro.
Errores cercanos
Un mal que se acrecentó el el segundo cuarto, donde el Palacio asistió atónito a una posesión en la que los suyos erraron hasta cinco lanzamientos, mientras el Ourense, con un baloncesto muy pausado y rentabilizando casi al 100% sus rebotes ofensivos, taladraba la red naranja con cierta facilidad (20-28).
Aranzana puso en pista juntos a Sanz y a Monaghan, y funcionó: parcial de 7-0 para nivelar de nuevo (30-30), pero el COB, tras tiempo muerto, contestó con un 0-4. Un triple de Flis, a tablero y sobre la bocina, rredujo la brecha a la mínima expresión (33-34) al término de los primeros 20 minutos.
El paso por vestuarios enfrió la inercia del conjunto local, que dos pérdidas, tres tiros cercanos errados y otros tantos balones escupidos por el aro después se vio con déficit de dos dígitos (36-46). El tiempo muerto de Aranzana no suturó la herida, a la que Uzas le puso tres puntos más.
Entonces ingresó en pista –por primera vez– Mike Torres. Y el Coruña ganó tres velocidades. Dos robos suyos que Sanz y Chuku transformaron en cuatro puntos fáciles que el COB acusó, lo mismo que un triple posterior de Chuku (47-52), aunque seguía sacando excelentes réditos de un ‘pick and roll’ mal defendido por los jugadores locales.
Contra las cuerdas
Con 52-55 arancó un capítulo final donde el COB ralentizó de nuevo el juego y firmó un parcial de 4-10 que le devolvió cierta holgura en el marcador (59-65). Un triple de Uzas, seguido de una antideportiva sobre él cometida por Olmos, arrinconó contra las cuerdas al Coruña a falta de tan solo tres minutos (63-72).
Aranzana devolvió a pista a un Monaghan que llevaba bastante tiempo sentado. Su primer destello llegó en forma asistencia a Flis; el segundo, desde 6.75 para poner a su equipo a tiro de una canasta (69-72); el tercero, un lanzamiento de cinco metros desde el cielo de Riazor para empatar (72-72) a 1:11 del bocinazo; y el cuarto, el más brillante, un 3+1 para sacar de rebufo al rival (76-72) con 26 segundos en el cronómetro.
Ahonen, también desde el arco, firmó el 76-75 y luego Sanz erró uno de sus dos libres, dejando 9.4 segundos para un último ataque del COB. Ahonen subió el balón, encimado por Sanz, el Coruña no hizo falta y el base finés cruzó un pase a la esquina derecha en dirección a Uzas, pero a mitad de trayecto apareció una mano, la del mago, claro, para quedarse con su juguete favorito y bajar el telón de un derbi para el recuerdo.
Un derbi que devuelve a la ‘marea naranja’ a saldo positivo (11-10), con un triunfo más que el décimo clasificado y una menos que el sexto, antes de visitar a Ciudad de Valladolid que ha perdido sus tres últimos compromisos.