Luisinho, en tierra de nadie

Luisinho, en tierra de nadie
El portugués, en el entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva de Abegondo quintana



Luisinho vuelve a ser un quebradero de cabeza para el Deportivo. Atrás quedan los problemas de la temporada anterior, a los que el vestuario ha pasado página. Ahora, el portugués ha vuelto a recuperar una normalidad relativa en los entrenamientos, pero continúa en tierra de nadie a la espera de que se arroje luz sobre su futuro.
Por una parte, está el club. Al luso se le cerró la puerta a finales de mayo cuando el presidente anunció el despido de Víctor Sánchez del Amo. En esa comparecencia anunció la no continuidad de Alberto Lopo, que acababa contrato, y apuntaba que Luisinho tenía que salir, una tesis que no varió en las siguientes comparecencias por más que el técnico, Gaizka Garitano, aseguró, nada más aterrizar en A Coruña, que el jugador le gustaba deportivamente hablando y que quería tener a los mejores en el equipo.
El preparador vasco indicó que Luisinho iba a ser “uno más”. Y así ha sido cuando el Deportivo se ha entrenado en la ciudad deportiva de Abegondo, pero no en los amistosos ni en la gira del conjunto blanquiazul en Uruguay.
Desde el Deportivo se busca una buena opción que deje satisfecha a todas las partes. Pero en la práctica, la ecuación no da resultado. El portugués tiene contrato en vigor, le quedan dos temporadas y el club pretende que su salida deje algo en las arcas. La misión parece imposible por cómo se gestionó el caso Luisinho desde su enfrentamiento con Alejandro Arribas en agosto del año pasado. Desde aquella pelea en un partido de entrenamiento en la ciudad deportiva de Abegondo, Luisinho fue apartado por el técnico, sancionado por el club tras la apertura de un expediente, y toda la problemática se reactivo la última semana de competición de la temporada 2015-16, por lo que su caché bajó aún más.
La solución menos mala, dada la situación actual, sería que el portugués encontrara un equipo dispuesto a abonar su ficha y en el que pudiera sentirse a gusto, ya que el lateral tiene que mover a toda su familia, que está asentada y contenta en A Coruña.
La peor opción pasaría por una rescisión de contrato, algo demasiado costoso y que sería negativo por partida doble: se perdería al jugador y dinero.
La otra alternativa sería que se quedara en la plantilla, algo que contaría con el respaldo del entrenador. En ese caso, se habría perdido un tiempo magnífico con el portugués porque a menos de tres semanas para que comience el curso, todavía no ha tenido un solo minuto en los partidos amistosos.
Además continuar en el equipo también abriría la puerta de salida a Saúl García, quien cuenta con quedarse en el Deportivo esta temporada tras haber firmado una buena segunda parte de la temporada pasada en el Tenerife, en el que militó cedido por el conjunto herculino.

Luisinho, en tierra de nadie

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