Lucas, el espejo del Depor

Lucas, el espejo del Depor
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La desolación de Lucas Pérez a la conclusión del partido ante el Espanyol es el espejo del infortunio y la desazón del Deportivo, que sumó un punto (0-0) pero acabó el encuentro con la sensación de haber perdido dos y continúa en las plazas de descenso de LaLiga y en una situación delicada de cara a lograr la permanencia.
Al ‘7’ del Deportivo le persigue el refranero popular, ese que dice que segundas partes nunca fueron buenas, y en su regreso al equipo coruñés esta temporada está viviendo un año de sinsabores tanto a nivel personal como colectivo.
Lucas, que fue traspasado al Arsenal en 2016 tras una gran campaña como deportivista y que volvió al equipo de su ciudad el pasado verano cedido por el conjunto londinense, no ha podido cumplir por ahora las expectativas con las que regresaba de Inglaterra a pesar de que lleva cuatro goles y que ha disputado veintidós partidos, diecinueve como titular.
La sequía anotadora de Lucas comenzó tras un tanto estéril ante el Málaga (3-2) el 19 de noviembre, hace más de tres meses, y sin sus goles el Deportivo ha ido bajando puestos en la clasificación y perdiendo opciones de lograr la permanencia.
La mala dinámica del equipo afecta a todos los jugadores, pero pasa factura sobre todo al referente, más aun si es de la casa. Semanas atrás, en su anterior domicilio aparecieron pintadas en su contra y el propio Lucas se desplazó a esa residencia para pedir perdón a los vecinos, mientras que el club se comprometió a borrarlas.
Su tercer entrenador esta temporada, Clarence Seedorf, admitió la víspera del partido con el Espanyol que una de sus “primeras preocupaciones” era ayudar a Lucas a “volver a su nivel”. “Estamos trabajando todos los días, él está respondiendo con trabajo, ahora no está fino, con capacidad de crear como él puede hacerlo, pero le he dicho que eso le pasa a los mejores. Le he visto hacerlo en estos partidos, poner intensidad en los entrenamientos. Él tiene talento y cuando lo hay, tarde o temprano sale”, afirmó el holandés el jueves.
En el encuentro con el Espanyol, Lucas puso intensidad, entrega y contribuyó a generar ocasiones en ataque, pero, como el Deportivo, no se pudo sacudir el gafe que le persigue esta temporada, especialmente en las últimas jornadas.
El colmo fue el penalti que él mismo provocó y falló. El portero del Espanyol Diego López adivinó por dónde iba a tirarlo, se lanzó y lo atajó en dos tiempos.
El rictus de Lucas reflejaba en ese momento la decepción, desesperación y tristeza suya, del equipo y de una afición que agradeció el esfuerzo de los jugadores con aplausos a la conclusión del choque mientras el ‘7’ se lamentaba por su infortunio.
El delantero del Deportivo se tiró al suelo cuando el árbitro señaló el final del partido y fue consolado por sus compañeros y por sus rivales, entre ellos el propio Diego López.
Seedorf también se desplazó al centro del campo para animar a los jugadores, para que conectaran con la grada y para levantar también a Lucas.
El ejercicio psicológico del holandés continuó en la rueda de prensa posterior al choque: “Lucas hizo un gran partido, ha luchado enormemente para el equipo, ha protagonizado jugadas de calidad y yo lo que hice fue darle un beso. Está en camino”, expresó. l

Lucas, el espejo del Depor

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