Una Liga perdida en los grandes duelos

Una Liga perdida en los grandes duelos
31 enero 2015 / 09 febrero 2015 / 23 febrero 2015 Fútbol Liga Primera División Temporada 2014-2015 Rayo Vallecano-Deportivo: 1-2

El Real Madrid cerró una Liga en la que no le sirvieron 92 puntos para proclamarse campeón, condicionado por sus errores en gran parte de los duelos grandes del campeonato, en una campaña en la que pasó de un histórico récord de 22 triunfos consecutivos en todas las competiciones a un bajón por lesiones.

Señala Carlo Ancelotti, técnico del equipo, como factor decisivo para ceder en el pulso con el Barcelona de toda la temporada por el título liguero, los meses de febrero y marzo. Sin futbolistas de la importancia de Sergio Ramos, el croata Luka Modric y el colombiano James Rodríguez, lesionados, encaró encuentros que le hicieron perder su ventaja en el liderato y pasar a depender del Barcelona.

El empate cedido en el Santiago Bernabéu ante el Villarreal (1-1) o la imagen de impotencia dejada en San Mamés, sin capacidad de reacción ante el Athletic Club de Bilbao (1-0), hicieron desaparecer en esas fechas en dos jornadas la ventaja sobre el equipo de Luis Enrique y el Real Madrid dejó de depender de sí mismo.

Ese pequeño colchón lo ganó el Real Madrid con una racha de victorias en todas las competiciones que se convirtió en histórica cuando conquistó el Mundial de Clubes en Navidad ante San Lorenzo argentino al sumar 22 encuentros, doce jornadas consecutivas ligueras conquistando los tres puntos para levantar el primer traspié ante un grande.

Tras comenzar la temporada perdiendo a una figura clave en su engranaje como Xabi Alonso, que nunca tuvo sustituto en el campo y el recién llegado Toni Kroos tuvo que retrasar unos metros su habitual posición, Ancelotti tardó en encajó las piezas nuevas en su equipo tipo. Debía acomodar también al colombiano James al 4-3-3 que en momentos del año le ha costado caro convertirlo en inamovible para mantener el tridente intocable ofensivo formado por Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Karim Benzema.

Las derrotas en Anoeta, sufriendo una remontada de dos goles (4-2), y en el derbi madrileño ante el Atlético de Madrid del Santiago Bernabéu (1-2), fue el peor de los inicios posible en las tres primeras jornadas de Liga. La conquista del gran objetivo meses atrás, la Décima Copa de Europa, apuntaba a falta de hambre de un grupo que con rapidez hizo una conjura y demostró su fuerza enlazando victorias en todas las competiciones para acabar el 2014 con el presidente Florentino Pérez afirmando que el madridismo estaba ante un "estilo de fútbol maravilloso y para algunos el mejor fútbol de la historia del club".

Pero en el trasfondo comenzaban a aparecer lesiones musculares que mostraban una mala planificación física y, sobre todo, pésima gestión de rotaciones. Ancelotti, en busca del récord de victorias, cargó de demasiados minutos a sus jugadores básicos y además provocó la pérdida de confianza en los de segunda línea que son claves en ciertos momentos de la temporada. Así comenzó un 2015 negro, con derrota en Mestalla que cortaba la racha (2-1), de nuevo remontada y sin capacidad de reacción, alimentando en el club la fama de inoperancia de su técnico en los duelos grandes.

Poco importaba haber ganado al Barcelona en pleno vendaval (3-1), llegaba la eliminación copera ante el Atlético de Madrid, que se convertía en la bestia negra de Ancelotti con un 'Cholo' Simeone al que era imposible de superar, y la perdida de brillo en triunfos justos en enero y un febrero que comenzó con la lesión de James ante el Sevilla. El 4-0 del Vicente Calderón ya dejó en entredicho a Ancelotti, que salvó el honor ante los rojiblancos en Liga de Campeones, gracias al gol final del mexicano 'Chicharito' para desnivelar una eliminatoria de cuartos de final igualadísima.

Fue cuando cobró más fuerza conquistar la Undécima Copa de Europa antes que la Liga, donde el Real Madrid ya remaba a contracorriente tras pinchar ante el Valencia y Athletic, y servir de poco la buena imagen dejada en el Camp Nou donde cedió en el mano a mano con el Barcelona (2-1).

El último reto madridista para conquistar la Liga fue convertirse en el primer equipo en ganar las diez últimas jornadas. El deseo era no regalar el título al gran rival, ni desconectarse de la Liga como la pasada campaña. Y así, cuando el Real Madrid llevaba siete ganados derribando la fortaleza incluso del Sánchez Pizjuán del Sevilla, llegó otro duelo grande que le sentenció.

El Valencia sacó un punto de una noche negra el 9 de mayo (2-2), inolvidable para Iker Casillas, hastiado de ser el culpable de todo, el día que devolvió a la grada los silbidos que toda la campaña le han señalado. Fue el punto final a una Liga perdida en duelos de altos vuelos.

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