La Ponfe, a caballo del Fabril

La Ponfe, a caballo del Fabril
El mediapunta del Fabril Romay, que reaparecía tras lesión, fue uno de los destacados de su equipo ante la Ponferradina | patricia g. fraga

El Fabril, que no arrancó especialmente bien, fue mejor que la Ponferradina en el cómputo global de un partido que, desde la media hora, dominó por completo en todas las facetas del juego y en el que destacaron, por encima del resto, Caballo -goleador y asistente- y Romay. El particular sistema de Carlos Terrazas, entrenador del equipo berciano, no dio resultado en Abegondo.
A nivel de dibujo, la Ponferradina es, junto al Unión Adarve, el equipo más raro del grupo 1 de Segunda B. Terrazas no se sale del 1-3-3-3-1, vaya bien o mal. ¿En qué consiste? La primera línea de tres, en defensa se posiciona de forma escalonada sobre el lado en el que está el balón, despreciando claramente la banda contraria. Con la anchura de Abegondo se notó mucho que el trío tenía muchos problemas para abarcar el campo en amplitud. En la siguiente línea de tres, el del centro es un ‘stopper’ que, en ocasiones, fundamentalmente ante el juego directo del rival, retrasa su posición para ejercer de central improvisado. Sus acompañantes a los costados también son futbolistas de perfil de mediocentro, que en fase ofensiva participan por zonas interiores y solo caen a las bandas en tareas defensivas obligados por los rivales. En la siguiente línea de tres aparecen los jugadores exteriores -Iago Díaz bien pegado a la banda izquierda y Guille Donoso a la derecha-, con un mediapunta claro, con mucha libertad para aparecer en diferentes zonas del campo -Yelko Pino fue el mejor de la primera media hora y luego se diluyó-. El peculiar esquema lo remata un delantero centro con buen juego de espalda, con capacidad para descargar a las bandas y con presencia -Yuri-.
Durante casi media, la Ponferradina jugó más en campo contrario que el Fabril, pisó área aunque sin remates claros y provocó diferentes situaciones a balón parado que tampoco terminaron con finalizaciones certeras. El Fabril, con bajas importantes en ataque –Galán sancionado y Uxío e Ismael lesionados–, apenas se acercó a la portería rival hasta el minuto 28, cuando en un contraataque de Pinchi -no está al nivel de la primera vuelta-, Saúl cometió una falta al borde del área cuando el ’7’ blanquiazul ya se disponía a pegarle a portería. El golpe franco no tuvo consecuencias pero el Depor B, en el que Edu –sano en el banquillo– no jugó ni un minuto, pasó a llevar la iniciativa y el dominio.
Se intuía que el Fabril podría hacer daño a la Ponfe por fuera y, en el minuto 43, una gran jugada iniciada por la banda derecha entre Pinchi y Queijeiro terminó con el balón en el poder de Romay, también escorado a la derecha. El ‘10’ blanquiazul dibujó un sensacional pase para Jardel, en el borde del área y este, al primer toque, abrió a la izquierda para Caballo, que soltó un cañonazo con la zurda ante el que nada pudo hacer (1-0) Mandaluniz.
El gol justo antes del descanso le fue como anillo al dedo a un Fabril que llegaba con ventaja al descanso tras jugar sus mejores minutos del primer acto. El dominio con el que se hizo a la media hora se mantendría en toda la segunda mitad, en la que la Ponferradina solo se aproximó con peligro en una ocasión: impresionante galopada de Iago Díaz, que se durmió en el último momento, dudando entre finalizar o ceder a Yuri.
El juego ofensivo de la Ponferradina no generaba ningún tipo de peligro, salvo cuando Guille Donoso recibía el balón y se inventaba algo por la derecha. Los cambios de Terrazas empeoraron todavía más a su equipo y el Fabril, en el que destacaron Romay y Caballo, jugó prácticamente a placer y sin forzar en el segundo tiempo. Y Luis Fernández, tras el pase de la muerte del propio Caballo (min.74), metió su primer gol de la temporada.

La Ponfe, a caballo del Fabril

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