La medicina blanquiazul

La medicina blanquiazul
Uxío realizó una reverencia ante el público para celebrar junto a Borja Galán el primer gol del Fabril | Quintana

El Fabril volvió a ejercer la función de medicina para los aficionados del Deportivo. Después de una derrota del primer equipo en La Rosaleda que levantó algún que otro dolor de cabeza, el filial blanquiazul regresó a la senda de la victoria con un partido convincente ante un Atlético de Madrid B que apenas inquietó la portería de Francis. Uxío, con un tanto de ‘killer’, reflejó la superioridad local en el marcador en la primera mitad e Ismael Díaz, quizá el MVP del encuentro, sentenció con un doblete en la recta final.
A pesar del susto inicial del Atlético B con un centro de Manny que estuvo a punto de rematar en boca de gol Juan Moreno, el Fabril recuperó las sensaciones del arranque liguero. Queijeiro, Edu y Martín, los tres elegidos por Munúa para ocupar el centro del campo, se encontraron cómodos en una primera parte en la que el filial logró acercarse al área rival con cierta asiduidad.

La primera oportunidad para el Fabril llegó en el minuto 4. Borja Galán lanzó una falta directa por encima de la barrera que se fue al lateral de la red. El efecto óptico provocó que toda la grada cantara el gol. Incluso José Luis Núñez encendió la megafonía para anunciarlo aunque a los pocos segundos tuvo que rectificar con una premonición: “Para a próxima”.
Y así fue. El siguiente acercamiento, si se puede llamar así, acabó en gol de los blanquiazules. Un pase en largo impreciso de Raúl González se convirtió en una acción de peligro debido a la fe de Uxío. El delantero esprintó 30 metros para incomodar el despeje al portero y obtuvo su recompensa. Conde despejó de calcetín y el cuero le quedó franco a Uxío, que remató tirándose al suelo. El balón se dirigió lentamente a la portería hasta que un defensor del Atlético lo despejó. Pero fue tarde. El banderín del asistente estaba levantado indicando que el balón había traspasado completamente la línea.
El 1-0 le sentó bien al filial, que comenzó a encadenar llegadas aunque sin acierto en el remate final. Ismael Díaz fue el jugador que más rondó el tanto en este tramo de partido. El panameño cabeceó alto un centro de Blas a la media hora de juego y poco después remató un córner botado por Queijeiro que bloqueó Uxío con el muslo cuando el testarazo iba en dirección a portería. Pero a Ismael todavía le quedaba otra opción, la mejor de todas. El extremo aprovechó una gran dejada en el área de Borja Galán tras un centro de Edu para conectar un trallazo. Sin embargo, Conde se sacó la espina del fallo del 1-0 con un paradón con el pie derecho.

Susto para el Fabril
Tras el paso por vestuarios, el ritmo de ocasiones del Fabril se redujo hasta el punto de que la primera gran oportunidad fue del Atlético B en el minuto 59. Un pase en profundidad a la espalda de Raúl dejó solo a Salomón Obama (aquel cadete que deslumbró hace unos años en un torneo de verano) en el mano a mano ante Francis. El delantero tuvo todo el tiempo del mundo para elegir pero cruzó el disparo en exceso.
Poco tardó el Fabril en dar la réplica con una par de jugadas desde la banda derecha. La primera acabó con un cabezazo desviado de Uxío tras un excepcional centro de Borja Galán. Y la segunda finalizó con gol anulado a los blanquiazules por fuera de juego de Uxío tras una gran triangulación entre Edu, Borja Galán y Blas y un remate de Ismael que rechazó Conde. Una vez más el portero le ganó la partida al panameño. Pero fue la última.
El jugador del filial se tomó la revancha en los minutos finales. Primero sentenció el partido al aprovechar un gran pase de Borja Galán para fusilar al guardameta desde dentro del área. Y acto seguido aceptó el regalo de Uxío, en una contra iniciada con un robo de Edu, para marcar el 3-0 a puerta vacía.
Con el pitido final, el Fabril volvió a sonreír tras cuatro jornadas sin ganar. Y además lo mereció. Una buena noticia que, junto al valioso triunfo del conjunto femenino en Oviedo, suaviza el disgusto de los aficionados del Depor tras la derrota del primer equipo.

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